Aunque su estado sigue siendo delicado, Pablo Grillo comenzó a reaccionar a los estímulos en las últimas horas. Internado en terapia intensiva en el Hospital Ramos Mejía, el fotógrafo mueve las manos a pedido de los médicos y ya no depende del respirador artificial.
«Le dijeron que moviera las manos y lo hizo. Abrió los ojos. En un rato lo van a informar formalmente, pero le iban a retirar el respirador», explicó su padre en declaraciones radiales. Visiblemente emocionado, agregó: «Hoy renacimos ambos».Grillo resultó gravemente herido el pasado miércoles cuando cubría la manifestación de jubilados frente al Congreso. Recibió el impacto de un cartucho de gas lacrimógeno en la frente, lo que le provocó una fractura de cráneo y pérdida de masa encefálica. Desde entonces, fue sometido a tres cirugías y su estado sigue siendo reservado.
La periodista Vanesa Petrillo confirmó la evolución del paciente en sus redes sociales: «Fabián, el papá del fotógrafo Pablo Grillo, adelantó en exclusiva en @Radio10 que a su hijo le quitaron el respirador y que abrió sus ojos».
Una semana después del ataque, reporteros gráficos se manifestaron exigiendo justicia para Pablo Grillo y denunciando la creciente violencia contra la prensa. Equipados con cascos, chalecos de seguridad y máscaras antigas, los periodistas realizaron una marcha simbólica para visibilizar los riesgos que enfrentan al cubrir protestas.
El caso de Grillo se suma a una preocupación creciente por la seguridad de los comunicadores en movilizaciones y operativos policiales.
