Potrero de los Funes inicia una nueva temporada turística con expectativas moderadas y varios desafíos estructurales. Así lo planteó José Ángel Chariano, presidente de la Unión de Alojamientos en Red (UAR), al analizar el presente del sector y el escenario que se avecina.
El dirigente remarcó la necesidad de una estrategia clara de promoción y sostuvo que el responsable del área turística “tiene que ser una suerte de CEO” al frente del posicionamiento provincial.
Un sector sostenido por familias
Chariano explicó que la mayoría de los alojamientos en Potrero de los Funes son emprendimientos familiares, con estructuras pequeñas y márgenes ajustados: “Son complejos de cuatro cabañas en promedio. El dueño corta el pasto, pinta y resuelve todo”.
A este esquema se sumó el crecimiento de casas particulares en alquiler, muchas heredadas o utilizadas antes como viviendas de fin de semana. Esa modalidad amplió la oferta, pero también incrementó la competencia.
El desgaste del rubro
Según el titular de la UAR, muchos propietarios optan por alquilar o delegar la administración debido al desgaste que implica la actividad. “Es un trabajo de las 24 horas, todo el año. A cierta edad se hace cuesta arriba”, señaló.
El cansancio físico, los problemas familiares y la falta de personal calificado aparecen como factores frecuentes. A eso se suma la dificultad para conseguir oficios básicos como plomeros o electricistas.
Servicios e infraestructura
Chariano valoró el funcionamiento de la cooperativa de agua, aunque advirtió sobre problemas recurrentes: “Todos los años tenemos cortes. No hay una inversión que solucione el problema de fondo”.
Además, indicó que esas falencias impactan de lleno en la experiencia turística y en la operatoria diaria de los complejos.
Promoción y rol del Estado
El dirigente puso el foco en la comunicación turística y la necesidad de mayor presencia en redes y plataformas digitales.
“Si no aparecés en Google, no existís”, sentenció y reclamó que el ministro de Turismo tenga un perfil activo y conocimiento del sector. “Debe saber difundir, manejar redes y distribuir el presupuesto de forma equitativa”, sostuvo.
La temporada y el cambio de hábitos
Chariano definió la temporada como que las reservas se realizan cada vez más cerca de la fecha: “Cuando se acerca el día y no se ocupa, aparece la ansiedad y bajan los precios”.
Ese cambio de hábito genera incertidumbre entre los prestadores, que deben decidir entre sostener tarifas o asegurar ocupación.
Precios y prejuicios
En cuanto a los valores, el referente de la UAR indicó que una cabaña tiene un promedio diario de entre 45 mil y 60 mil pesos, según capacidad y servicios. “El promedio ronda entre 15 y 20 mil pesos por persona”, precisó.
Además, cuestionó la idea de que Potrero de los Funes sea un destino caro: “Estamos por debajo de localidades vecinas. Hay un prejuicio que no se sostiene”.
Costos en alza
Chariano cerró con una advertencia sobre el aumento de los costos de mantenimiento. “Dos llaves de paso para una pileta cuestan lo mismo que un día de alojamiento”, ejemplificó.
