Racing Club empató 0-0 con Flamengo en el partido de vuelta de las semifinales de la Copa Libertadores 2025 y se despidió del certamen continental. En un Estadio Maracaná colmado, el equipo de Gustavo Costas luchó hasta el final, pero no logró revertir la serie. Tras el encuentro, el entrenador habló con la prensa visiblemente conmovido, asumió la responsabilidad y dejó una frase que conmovió a los hinchas:
“Defraudé a mi gente”.
Un golpe duro y palabras con el corazón
En conferencia de prensa, Costas comenzó con una sinceridad absoluta:
“No tengo muchas ganas de hablar luego del partido. Los chicos dejaron todo, como lo dije siempre: voy con ellos a la guerra. Agradecerles por lo que hicieron y a la gente por el gran apoyo que nos dio. Estuvimos muy cerca, a un paso, pero no lo logramos. Defraudé a mi gente”.
El DT, con lágrimas en los ojos, se mostró dolido por la eliminación, aunque orgulloso por el esfuerzo del plantel.
“Nos duele muchísimo porque estábamos muy ilusionados, como toda la gente. Lo de la hinchada fue extraordinario, los chicos se encontraban bárbaro, parecía que íbamos a lograrlo. Pero no se pudo. Ahora hay que ir a casa, pasar esto y mañana empezar otra etapa”, expresó.
El reconocimiento a sus jugadores
Costas destacó el compromiso de sus futbolistas, muchos de ellos lesionados o extenuados, pero dispuestos a dejarlo todo:
“A mis jugadores les agradezco por haber representado al club como hinchas. Algunos jugaron desgarrados, Maravilla con la rodilla casi fisurada, con fiebre… fueron chicos que dejaron todo adentro. Tal vez jugábamos bien o mal, pero creo que al hincha lo representaron de la mejor manera”.
El técnico también se refirió al partido y a la sensación de haber estado cerca del milagro:
“Cuando echaron a Plata pensamos que lo teníamos, pero esto es fútbol y no la pudimos meter. Disculpen, no quería hablar, pero sino tenía que pagar multa. Solo quiero agradecer a mis jugadores y a la gente, porque hace años que Racing no estaba tan unido como ahora”.
Una eliminación que deja huella
Racing se queda sin la ansiada final continental, pero lo hace dejando una imagen combativa y un vínculo renovado entre el equipo y sus hinchas. Bajo la conducción de Gustavo Costas, la Academia volvió a ser protagonista internacional, alcanzando una semifinal de Copa Libertadores 58 años después de su última final en 1967.
Más allá del resultado, el ciclo deja una base sólida y una conexión emocional profunda entre el plantel y la gente. “Hay que seguir así”, cerró Costas, visiblemente emocionado, antes de retirarse de la sala de prensa entre aplausos.
 
                                             
                                             
                                             
                                             
                                             
                                             
                                             
                                             
                                            
 
                         
                

 
                                                         
                                
                         
                                                 
                                                 
                                                 
                                                 
                                                 
                                                 
                                                