River Plate debutó con una victoria 3-1 frente a Urawa Red Diamonds, pero el dato que se robó todos los comentarios fue el impacto visual: el Lumen Field de Seattle lució semivacío, con apenas 11.974 personas en un estadio con capacidad para casi 70 mil. Hasta ahora, es la asistencia más baja del Mundial de Clubes 2025.
En el aspecto deportivo, los goles fueron convertidos por Facundo Colidio, Sebastián Driussi y Maximiliano Meza, pero ni el buen nivel futbolístico del equipo de Marcelo Gallardo alcanzó para contrarrestar el escaso marco.
La imagen dio la vuelta al mundo: gradas vacías, un clima frío y una sensación de desconexión entre el torneo y el público estadounidense.
Un viaje que River ya sabía que era cuesta arriba
La sede ya había sido cuestionada antes del inicio del torneo. Gallardo lo había advertido con claridad en conferencia:
“Seattle y Los Ángeles no nos favorecen. Es muy lejos para nuestros hinchas. Vamos a hacer el mayor esfuerzo para darles una alegría a los que pudieron venir.”
Además, fue tajante sobre el impacto del sorteo:
“No nos tocó una sede más amena. El esfuerzo económico es demasiado para la gente. Agradecemos a quienes llegaron hasta acá.”


