El economista Rodolfo Santangelo, presidente de la consultora MacroView, aseguró que un buen resultado electoral en octubre es clave pero insuficiente para garantizar la continuidad del programa económico del oficialismo. Advirtió que el mercado cambiario atraviesa tensiones crecientes y que el Ejecutivo debería preparar un “plan B”.
Elecciones y economía: ¿condición suficiente?
En diálogo con Ámbito, Santangelo sostuvo que los comicios de medio término son determinantes para el Gobierno, aunque no alcanzan por sí solos para estabilizar la macroeconomía. “El resultado electoral es condición necesaria pero no suficiente”, afirmó.
El economista planteó que, tras la liberación de restricciones cambiarias, se produjo una fuerte demanda de divisas por parte del público. Según sus estimaciones, en julio se destinaron alrededor de u$s 5.000 millones a ahorro, turismo y reventa a empresas. “No hay Tesorería ni Banco Central que soporte semejante nivel de compras”, advirtió.
La necesidad de un plan alternativo
Para Santangelo, la estrategia oficial de contener el tipo de cambio mediante tasas de interés muy elevadas es insostenible. “Es un costo enorme para el sector privado, el sector público y el sistema bancario”, señaló.
En ese contexto, consideró que la administración debería contar con un plan alternativo que contemple eventuales desequilibrios después de las elecciones. “No sabemos si esto es solo incertidumbre electoral o si hay problemas de fondo que exigirán medidas adicionales”, remarcó.
El titular de MacroView reconoció algunos avances del plan oficial, como la reducción del déficit fiscal y la baja de la inflación. Sin embargo, advirtió que el esquema cambiario sigue siendo frágil.
“Estar usando dólares del Fondo para pagar deuda es una solución transitoria. La verdadera recapitalización del Banco Central se logra con acumulación de reservas”, explicó.
El Congreso y las reformas pendientes
De cara al próximo año legislativo, Santangelo destacó la importancia del Presupuesto 2026, al que definió como “la madre de todas las leyes”. A su juicio, será la herramienta central para ordenar las cuentas públicas y limitar proyectos que aumenten el gasto sin financiamiento.
En cuanto a reformas estructurales —tributaria, previsional y laboral— consideró que difícilmente se concreten en lo inmediato y que probablemente queden para una futura administración.


