Patricia Lucero, quien padece una discapacidad motriz en la cadera, denunció que hace dos meses le suspendieron la pensión no contributiva (PNC) que cobraba desde niña y que era su único ingreso. “No me notificaron nada”, expresó.
La mujer, madre de dos hijos de 9 y 13 años, también percibía la Asignación Universal por Hijo (AUH). Sin embargo, tras el recorte de la pensión, le suspendieron ese beneficio.
Cartonear para sobrevivir
La pensión y la AUH eran sus únicos ingresos. Desde entonces no paga el alquiler y sale a juntar cartones para conseguir dinero y cubrir necesidades básicas como comida, luz y gas.
“Por mi discapacidad en la pierna no puedo andar mucho, se me duerme la pierna y me caigo. No puedo ir lejos a buscar cartón”, lamentó Patricia.
Lucero recién supo que le habían dado de baja el beneficio en la fecha de cobro. Cuando fue a ANSES le informaron que debía presentar la documentación que certificabra su discapacidad. Aunque cumplió con el trámite, nunca obtuvo una respuesta.
Recortes y escándalo en la Agencia de Discapacidad
El caso se produjo en medio de las “auditorías” anunciadas por la administración de Javier Milei para dar de baja beneficios “mal otorgados” por gestiones anteriores. Pero las suspensiones se realizaron sin previo aviso ni pedido de documentación.
Los ajustes coincidieron con el escándalo por el presunto pago de coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), que salpicó a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei.
Un pedido desesperado
Patricia acudió a la ex Colonia Hogar, donde funciona el Ministerio de Desarrollo Humano de la Provincia, para pedir ayuda, principalmente mercadería y ropa para sus hijos.
“Necesito mercadería, no tengo ni un paquete de fideos para darle de comer a mis hijos. Los chicos van a la escuela y tengo que alimentarlos”, relató en declaraciones a SanLuis24 Radio.
En la dependencia provincial le tomaron los datos y le pidieron un número de teléfono. Como no tenía celular, dejó el de una vecina que la asistía. Días después, llamaron a la vecina para disculparse y avisar que no podían ayudarla por el momento.
“Después fui de nuevo y me dijeron que tenía que seguir esperando”, contó Patricia.
El futuro inmediato de la mujer y sus hijos quedó reducido a la espera y a los cartones que logra reunir con esfuerzo.