Una testigo brindó ante la fiscalía un testimonio que refuerza la sospecha sobre “El loco David”, uno de los prófugos por el triple crimen de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez, ocurrido el 19 de septiembre en Florencio Varela. La declaración aportó detalles sobre el traslado de las víctimas y el rol de los presuntos cómplices.
Una mujer, esposa de Víctor Sotacuro —detenido como presunto cómplice—, declaró ante la UFI de Homicidios Dolosos de San Justo y aportó nueva información sobre la noche en que las tres jóvenes desaparecieron.
Según relató, su marido salió de su casa alrededor de las 20:30 del 19 de septiembre para realizar “un viaje de remis”. Le habría dicho que debía llevar a “un tal Loco” en un Renault 19, pero que cambió de vehículo por fallas mecánicas, optando por otro auto guardado en una cochera de Villa Soldati.
De acuerdo con la investigación, ese vehículo habría sido utilizado como apoyo de la camioneta blanca que transportó a las víctimas desde La Tablada hasta Florencio Varela.
La noche del crimen: el “viaje de remis” y los mensajes
Durante su declaración, la testigo explicó que horas después de la partida de su esposo, recibió un mensaje en el que él decía estar “esperando al Loco”. Incluso le envió una foto de una calle para probar que estaba trabajando.
Sotacuro regresó cerca de las cinco de la madrugada y le contó que había llevado “a dos chicos por el centro, por el Obelisco”, y luego pasó por la casa de un hombre llamado Ramiro, quien vivía con “El loco David”. Allí le entregó una bolsa con ropa limpia, presuntamente para el sicario.
La mujer relató que esa madrugada el sospechoso estaba acompañado por otros jóvenes con los que discutía dentro del vehículo.
Sospechas, amenazas y la fuga del acusado
La testigo dijo que comenzó a sospechar de la participación de su marido después del hallazgo de los cuerpos. Contó que dos personas encapuchadas lo interceptaron en su edificio, le quitaron el celular y lo amenazaron de muerte.
Poco después, mientras miraban la televisión y veían las noticias del caso, Sotacuro le confesó: “Lo llevé al David por ahí. Este hijo de p… me mandó para esto, es el que hizo la cagada. Estuve ahí con mi coche, me voy”.
Tras esas palabras, tomó su teléfono y huyó. Fue detenido días después en Bolivia, cuando intentaba escapar del país. Ante el fiscal, admitió haber cobrado dinero por el viaje, aunque las versiones difieren: su esposa habló de $65.000, pero él reconoció haber recibido $600.000.
La descripción del prófugo y las nuevas pistas
Durante la audiencia, la mujer identificó a “El loco David” —también apodado “el Tarta” por su forma de hablar— y lo describió físicamente. Indicó que vive en un pasillo interno de una villa del Bajo Flores y que trabajaba como albañil.
Además, señaló que el auto utilizado en el secuestro era manejado habitualmente por su sobrina, Florencia Ibáñez, y su pareja, “Ale”, quienes alquilaban la cochera donde se guardaba el vehículo.
La declaración coincide con otras pruebas recolectadas por los investigadores, que sostienen que Sotacuro actuó como apoyo logístico, mientras que “El loco David” habría sido el encargado de ejecutar el crimen por encargo de “Pequeño J”.
Las víctimas —Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Gutiérrez (15)— fueron llevadas engañadas a un encuentro conocido como “ubi”, donde abundaba la droga rosa o “tusi”. Según la hipótesis principal, el triple asesinato fue una venganza ordenada por “Pequeño J”.
Actualmente, Sotacuro y su sobrina permanecen detenidos, mientras que “El loco David” continúa prófugo. La justicia sigue recabando testimonios para reconstruir la mecánica del crimen y detener a todos los involucrados.