La Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó las condenas contra el exsecretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, por amenazas coactivas durante una asamblea de Papel Prensa y por peculado e incitación a la violencia colectiva.
El fallo, firmado por los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, dejó firmes las penas de dos y dos años y medio de prisión en suspenso, además de la inhabilitación para ejercer cargos públicos.
Dos condenas y un mensaje político
Los magistrados rechazaron los recursos de la defensa al aplicar el artículo 280 del Código Procesal Civil y Comercial, que permite desestimar planteos sin pronunciarse sobre el fondo. Con esta decisión, la Corte cerró definitivamente el circuito judicial en ambos expedientes.
El primer caso remite a la asamblea de Papel Prensa del 12 de agosto de 2010, donde Moreno irrumpió con guantes de boxeo y casco, en medio de una fuerte discusión con representantes del Grupo Clarín. Por esa acción fue condenado en 2022 por el Tribunal Oral Federal 8 a dos años de prisión en suspenso y seis meses de inhabilitación.
La segunda causa, de 2017, corresponde a la compra de cotillón partidario con la consigna “Clarín miente” y otros mensajes políticos. El Tribunal Oral Federal 7 lo condenó a dos años y medio de prisión en suspenso y inhabilitación perpetua, al considerar que utilizó fondos públicos con fines partidarios.
“Me acato, aunque no comparta”
Tras conocerse la resolución, Moreno reconoció el fallo pero lo interpretó como un gesto del poder real en la Argentina.
“Cuando uno toma decisiones políticas, sabe cuáles son los costos. Lo sé yo y lo sabe mi familia. Me acato, aunque no comparta”, afirmó.
El exfuncionario cuestionó la independencia del fuero federal, al que calificó como “muy vinculado al poder”, y recordó que cinco fiscales distintos dictaminaron la inexistencia de delito en uno de los procesos.
“Esto no es la justicia, es el fuero federal. Y los jueces saben que allí hay una relación directa con los factores de poder”, señaló.
“La cárcel aburre, pero no mata”
Moreno relativizó el impacto personal del fallo: “A vos te voltean cuando te quiebran el espíritu. La cárcel aburre, pero no mata”, aseguró.
“A la cárcel se entra cantando la marcha y se sale cantando la marcha”, agregó, en alusión al himno peronista.
El exsecretario sostuvo además que el fallo no le generaba resentimiento: “No me van a escuchar hablar mal de la justicia. Viví la época en la que no existía el Estado de Derecho, y sé que esto también forma parte de las reglas de juego.”
Apoyos políticos y diálogo con Cristina Kirchner
Moreno reveló que habló con Cristina Fernández de Kirchner tras conocerse la decisión del máximo tribunal. “Fue una charla grata. Nos reímos. Ella me dijo que si me dan prisión domiciliaria, alquila un departamento abajo y salimos como el cucú: uno a la hora en punto y el otro a la media”.
El exfuncionario también mencionó que Axel Kicillof y Máximo Kirchner se comunicaron con él para expresarle respaldo, y destacó “la conducta y solidaridad de los compañeros”.
Del poder económico al peronismo como proyecto
Además, Moreno reivindicó su trayectoria en el gobierno kirchnerista y su confrontación con los grandes grupos empresariales.
“Yo tuve que negociar con las telefónicas, con contrabandistas, con sectores que nadie se animaba a tocar. No me quedé con un peso que no me correspondiera”, dijo.
El exsecretario vinculó su condena con “un mensaje de advertencia” a la dirigencia política: “Esto es un llamado de atención. Quieren demostrar que al que se mete con los factores de poder le pasan factura”.
Y añadió con un llamado a la unidad del peronismo de cara al futuro: “Estamos a dos o tres puntos de ganar el balotaje. No podemos seguir peleando entre nosotros. El peronismo tiene que reorganizarse y volver a representar a los trabajadores.”
Un estilo que marcó una época
Guillermo Moreno, de 70 años, fue uno de los funcionarios más emblemáticos y controvertidos del kirchnerismo. Entre 2003 y 2006 se desempeñó como secretario de Comunicaciones y luego, entre 2006 y 2013, condujo la Secretaría de Comercio Interior, desde donde intervino en la política de precios y en la gestión del INDEC.
Su estilo confrontativo y vertical lo convirtió en una figura de poder dentro del gabinete, pero también en uno de los funcionarios más cuestionados del período.
Con las sentencias ya firmes, queda pendiente que la justicia determine si las condenas deben cumplirse en forma efectiva o continuar en suspenso.
Mientras tanto, Moreno insiste en mantener su perfil político y su identidad peronista: “La justicia puede dictar un fallo, pero no puede juzgar mis convicciones. La marcha se canta siempre, adentro o afuera”.


