Turquía organizará la cumbre climática COP31 en 2026, luego de imponerse en una prolongada disputa diplomática que dejó fuera a Australia, pese a contar con mayor apoyo regional. El acuerdo, cerrado en Brasil durante las negociaciones de este año, expuso tensiones internas del sistema de consenso de la ONU y derivó en una solución inédita: Turquía será anfitriona del evento y Australia presidirá las negociaciones.
La definición de la sede de la COP31 estuvo marcada por semanas de desacuerdos. Aunque Australia se perfilaba como favorita dentro del grupo regional correspondiente, Turquía bloqueó cualquier consenso, aprovechando la regla que permite a un solo país vetar la decisión.
El ministro australiano de Clima, Chris Bowen, confirmó desde Brasil que su país quedaba fuera de la carrera, luego de defender su candidatura incluso horas antes. “No podemos tenerlo todo”, admitió tras aceptar la salida negociada.
El acuerdo que destrabó el bloqueo
Tres fuentes diplomáticas consultadas por AFP detallaron que se alcanzó un arreglo poco habitual:
Turquía será sede física de la COP31 en Antalya
Australia ocupará la presidencia del proceso negociador
Bowen respaldó la fórmula, aunque reconoció que generó decepción en parte del bloque. “Encontrar consenso exige concesiones significativas”, sostuvo.
El secretario de Estado alemán de Medio Ambiente, Jochen Flasbarth, calificó la propuesta de “innovadora”, aunque aclaró que la confirmación final dependía de formalizar el acuerdo por escrito.
La designación representa un logro estratégico para el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, quien busca posicionar a Turquía como actor diplomático relevante en crisis globales que van desde Gaza y Ucrania hasta el Cuerno de África.
Antalya, ciudad mediterránea que ya alberga encuentros multilaterales, será escenario del evento que reúne a líderes mundiales, organizaciones ambientales, empresas y decenas de miles de asistentes.
Australia pierde la sede pese al apoyo regional
El peso del veto y la fractura del consenso
Diplomáticos presentes describieron el resultado como sorprendente, dado que Turquía no contaba con más respaldos dentro del grupo de “Europa Occidental y Otros Estados”, encargado de la sede 2026.
La resistencia turca tensó las negociaciones hasta último momento y reveló los límites del sistema basado en unanimidad, clave para la definición de las COP.
Australia, junto a países insulares del Pacífico, promovía una sede compartida para visibilizar la vulnerabilidad climática de la región, pero esa propuesta quedó descartada ante la negativa turca.
La reacción ambiental y el desafío pendiente
Organizaciones como Greenpeace Australia Pacífico recordaron que, más allá de la sede, la urgencia climática sigue siendo la misma.
“El objetivo es claro: eliminar progresivamente los combustibles fósiles y frenar la deforestación”, afirmó el especialista Simon Bradshaw.


