Durante la novena audiencia del juicio por la muerte de Diego Maradona, Verónica Ojeda, ex pareja del astro y madre de su hijo menor, brindó un emotivo testimonio en el Tribunal Oral Criminal N°3 de San Isidro. Aseguró que el exfutbolista estaba aislado y con miedo en sus últimos días de vida, responsabilizando al entorno y al equipo médico que lo asistía.
Visiblemente afectada, Verónica Ojeda declaró entre lágrimas que Maradona estaba prácticamente “secuestrado” antes de fallecer. Según su relato, Diego le pedía que lo sacara del lugar donde estaba y mostraba un profundo temor a quedarse solo. “Me decía ‘llevame’. Tenía miedo”, expresó ante jueces y abogados presentes.
La madre de Dieguito Fernando afirmó que, tras un tiempo sin contacto, logró reencontrarse con el exjugador en 2020 gracias al llamado de una masajista. Desde entonces, comenzó a visitarlo con frecuencia tanto en Bella Vista como en Brandsen.
Ojeda fue contundente al responsabilizar al círculo íntimo y al equipo médico. “No querían que Diego estuviera bien. Lo querían ver inconsciente, sin poder disfrutar de nada”, aseguró. Sus palabras hicieron alusión directa al trato que recibía Maradona durante su internación domiciliaria en Tigre, donde falleció el 25 de noviembre de 2020.
Según su testimonio, a la familia le aseguraron que la casa contaría con todos los recursos de un hospital. Mencionó específicamente a Leopoldo Luque y Agustina Cosachov —dos de los siete imputados— como responsables de esa promesa. “Nos dijeron que iba a estar como en el hospital, con todos los cuidados”, explicó.
Ojeda recordó dos visitas junto a su hijo a la casa del barrio San Andrés. En la primera, Maradona se mostró animado y compartió tiempo con Dieguito. “Ese día fue el único que lo vi bien”, relató.
La segunda visita, el 23 de noviembre de 2020, fue completamente diferente. Según Ojeda, encontró a Diego solo, acompañado apenas por un custodio y una enfermera que leía una revista. “Estaba hinchado, desfigurado. La panza, las manos…”, dijo, entre lágrimas, al describir el deterioro físico del ídolo.