Durante el acto por la semana de la Policía Federal Argentina, realizado el viernes pasado, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, anunció que la escuela policial volverá a llevar el nombre de Ramón Falcón.
“Esta escuela nació por un policía, Ramón Falcón, quien le dio una orientación y que además fundó esta escuela. Por una cuestión ideológica, le sacaron el nombre y yo instruyo al jefe de la Policía Federal Argentina para devolver la verdad. Es para nosotros un valor innegociable”, afirmó Bullrich, quien el 10 de diciembre asumirá como senadora nacional y presidirá el bloque La Libertad Avanza.
Bullrich sostuvo que Falcón fue asesinado “por cuestiones ideológicas” por “un anarquista ucraniano extranjero” —en referencia a Simón Radowitzky— y llamó a “valorar la historia de quienes fundaron esta Policía Federal Argentina”.
Represión, masacre y atentado
En diálogo con SanLuis24 Radio, el historiador Néstor Menéndez recordó que Falcón fue un implacable represor que protagonizó, hace más de cien años, uno de los episodios más violentos de la historia social argentina: la Semana Roja de 1909, también conocida como Semana Trágica.
“Falcón era uno de esos policías duros, que reprimía sin medir consecuencias. No tenía problema en disparar contra una multitud”, señaló Menéndez.
El 1° de mayo de 1909, la policía a cargo de Falcón disparó contra una manifestación obrera en Plaza Lorea, dejando varios muertos. Días después, durante el cortejo fúnebre por las víctimas, la policía volvió a abrir fuego contra los manifestantes. “Hubo como 80 muertos. Les robaron los ataúdes. Fue una masacre”, detalló el historiador.
El 14 de noviembre de ese mismo año, Simón Radowitzky, joven obrero anarquista de origen ruso, arrojó una bomba al carruaje de Falcón, matándolo junto a su secretario. Fue detenido, torturado y condenado a prisión en Ushuaia, donde pasó más de 20 años antes de ser indultado.
Reivindicación oficial y crítica histórica
Para Menéndez, reivindicar figuras como la de Falcón implica “borrar 40 años de democracia y convivencia pacífica”. “Es como dar otro comienzo a la conflictividad social. Se nos quiere hacer volver un siglo atrás”, advirtió.


