Una familia del barrio El Pantanillo de Villa de Merlo sufrió un brutal asalto el sábado, perpetrado por al menos tres personas. Por el caso, hay un hombre detenido.
El robo ocurrió cerca de las 10.00. Un hombre de 59 años y su hija fueron sorprendidos en el interior de su vivienda por tres personas que llevaban los rostros cubiertos. Los ladrones maniataron a las víctimas con precintos, mientras las amenazaban con un arma de fuego.
Los asaltantes permanecieron más de una hora en el interior de la casa y se apoderaron, entre otros elementos, de dinero (en moneda nacional y extranjera), tres celulares marca Samsung, una billetera con documentación y tarjetas bancarias a nombre del propietario; joyas; y prendas de vestir.
Al irse de la casa, los delincuentes encerraron a los damnificados en una de las habitaciones.
La hija del propietario de la vivienda salió por la ventana y pidió ayuda a un vecino, que llamó a la Policía.
Efectivos de la Comisaría 26° de Merlo iniciaron actuaciones caratuladas “averiguación robo agravado por el uso de arma de fuego en poblado y en banda en concurso real y privación ilegítima de la libertad”. Tomó intervención la Unidad de Abordaje Fiscal de la tercera circunscripción judicial.
La investigación permitió dar con uno de los presuntos ladrones: se trata de un hombre de 25 años domiciliado en Villa de Merlo, que es investigado por otro robo. Fue detenido el martes al mediodía, pese a que un allanamiento en su domicilio arrojó resultados negativos.
Este miércoles, se realizó la audiencia de formulación de cargos contra el acusado. El juez de Garantía, Jorge Osvaldo Pinto, hizo lugar a una prórroga de detención solicitada por la defensa del imputado.
En su declaración ante el magistrado, el detenido aseguró que ese día y a esa hora se encontraba en Santa Rosa del Conlara, a unos 18 kilómetros del lugar del hecho.
Los abogados José Francisco Pérez y Mirtha Gabriela Moreno, defensores oficiales que representan al reo, pidieron que se analicen las imágenes de las cámaras de videovigilancia ubicadas en la terminal de ómnibus de Merlo y de las cámaras de seguridad privada instaladas en la vivienda de su defendido, para demostrar que no fue uno de los autores del atraco.
