Un estudio internacional publicado en Nature advierte que la Antártida atraviesa transformaciones abruptas e irreversibles debido al cambio climático. Los científicos alertan que, si no se reducen de forma urgente las emisiones de CO2, las consecuencias afectarán a ciudades, ecosistemas y comunidades costeras en todo el mundo.
La investigación, liderada por la Universidad Nacional de Australia junto a expertos de Francia, Alemania, Sudáfrica, Suiza y Reino Unido, alerta que los cambios que ya se observan en el hielo antártico, el océano Austral y los ecosistemas están interconectados y tienen impacto directo en el clima global.
Según la profesora Nerilie Abram, autora principal del estudio, el colapso de la Capa de Hielo de la Antártida Occidental (WAIS) es cada vez más probable. Este fenómeno provocaría un aumento drástico del nivel del mar y alteraciones irreversibles en el sistema climático.
Efectos en el océano y la atmósfera
Uno de los procesos más preocupantes es la pérdida acelerada del hielo marino. Su desaparición no solo deja vulnerables a las plataformas flotantes frente a colapsos impulsados por olas, sino que también modifica la capacidad del océano de reflejar la radiación solar, intensificando el calentamiento regional.
Además, los científicos alertan sobre un posible colapso de la corriente antártica, lo que impediría que los nutrientes marinos asciendan a la superficie. Esto tendría un efecto en cadena sobre la vida marina y la productividad de los océanos.
Consecuencias para Australia y el mundo
El profesor Matthew England, de la Universidad de Nueva Gales del Sur, explicó que el aumento del nivel del mar, el calentamiento del océano Austral y la reducción en su capacidad para absorber CO2 afectarán gravemente a Australia y a otras regiones costeras.
Entre los impactos directos destacan:
- Mayor riesgo de inundaciones en comunidades costeras.
- Pérdida de capacidad del océano para capturar carbono.
- Incremento de olas de calor y fenómenos extremos.
Amenaza para la fauna antártica
El estudio también revela riesgos para especies emblemáticas como el pingüino emperador, cuya supervivencia depende del hielo marino estable. La ruptura temprana de este hábitat ya provocó la pérdida de colonias enteras de polluelos en la última década.
Del mismo modo, el krill, focas y otras especies marinas enfrentan amenazas crecientes debido al calentamiento y la acidificación del océano, lo que compromete la cadena alimentaria en la región.
Los expertos advierten que las medidas actuales del Sistema del Tratado Antártico resultan insuficientes para mitigar los efectos del cambio climático.
“La única forma de frenar los impactos más devastadores es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el calentamiento global a 1,5 °C”, subrayó Abram.


