El crumble de manzana es un postre clásico que evoca calidez y confort con cada bocado. Esta deliciosa receta combina la suavidad y dulzura de las manzanas cocidas con una capa crujiente y dorada de migas, creando una experiencia gustativa inolvidable. Originario de Inglaterra, el crumble se ha convertido en un favorito en hogares de todo el mundo debido a su simplicidad y su increíble sabor.
Ingredientes
Para el relleno: 6-8 manzanas (preferiblemente variedades como Granny Smith o Gala), 1/4 taza de azúcar blanco, 2 cucharadas de jugo de limón, 1 cucharadita de canela molida, 1/4 cucharadita de nuez moscada molida, 2 cucharadas de harina común.
Para el crumble: 1 taza de harina común, 1/2 taza de azúcar moreno, 1/2 taza de avena en hojuelas, 1/2 taza de mantequilla fría cortada en cubos pequeños, una pizca de sal.
Procedimiento
Precalienta el horno a 180°C (350°F).
Pela, descorazona y corta las manzanas en rodajas finas o en cubos, según tu preferencia.
Coloca las manzanas en un bol grande y mezcla con el azúcar blanco, el jugo de limón, la canela, la nuez moscada y la harina. Asegúrate de que las manzanas estén bien cubiertas con esta mezcla de especias y azúcar. Reserva mientras preparas el crumble.
En otro bol grande, combina la harina, el azúcar moreno, la avena en hojuelas y la pizca de sal.
Agrega la mantequilla fría cortada en cubos y usa tus dedos para frotarla con los ingredientes secos hasta obtener una mezcla arenosa y con grumos. Esto puede tardar unos minutos, pero asegúrate de que la mantequilla esté bien distribuida y la mezcla tenga una textura similar a migajas gruesas.
Vierte la mezcla de manzanas en un molde para hornear previamente engrasado o cubierto con papel pergamino.
Espolvorea uniformemente la mezcla de crumble sobre las manzanas, cubriéndolas por completo.
Coloca el molde en el horno precalentado y hornea durante 40-45 minutos, o hasta que las manzanas estén tiernas y burbujeantes, y la parte superior esté dorada y crujiente.
Retira del horno y deja enfriar durante unos minutos antes de servir.
La característica más distintiva del crumble es su cobertura crujiente y dorada, hecha con una mezcla de harina, azúcar, avena y mantequilla. Esta capa se hornea hasta que queda dorada y crujiente, creando un contraste perfecto con el relleno suave de frutas. Fuente: Shutterstock
Sirve el crumble de manzana caliente, acompañado de una bola de helado de vainilla o crema batida (nata). si lo deseas.
¡Comparte este delicioso postre reconfortante con amigos y familiares! Este crumble de manzana es una opción perfecta para una tarde de otoño o como postre después de una comida familiar. Su mezcla de sabores dulces y especiados, junto con la textura crujiente de las migas, lo convierten en un verdadero placer para el paladar. ¡Y a disfrutar!
Fuente: Mdz