El DT de Racing vive su presente en la Copa Libertadores rodeado de sus hijos y con el corazón celeste y blanco. Una anécdota familiar que mezcla humor, pasión y fútbol.
El presente de Gustavo Costas en Racing Club está cargado de emociones. No solo por el gran arranque en la Copa Libertadores 2025, donde la Academia debutó con una contundente victoria 3-0 ante Fortaleza, sino también porque el entrenador transita este momento acompañado por sus dos hijos: Federico, preparador físico, y Gonzalo, su ayudante de campo.
Pero no siempre el amor por Racing fue tan uniforme en la familia. En la previa del partido ante Atlético Bucaramanga, que se jugará a puertas cerradas por sanción de la Conmebol, Costas compartió una anécdota desopilante sobre cómo defendió el sentimiento racinguista en casa.
«Mi suegro lo quiso hacer hincha de Boca. Yo me iba a concentrar y cuando volvía, le decía todo el tiempo ‘Boca, Boca, Boca’. Un día llegué caliente, no sé por qué, y me dijo ‘Boca’. Lo agarré del brazo, lo llevé a la pieza y le dije: ‘Acá tenés tu mochilita, te voy a poner los pañales, tu ropita, y si llegás a decir Boca otra vez, te vas de casa a la calle y no ves más a papá y a mamá’”, recordó entre risas.
La amenaza, por supuesto, fue en tono de broma. Pero parece que funcionó: Federico nunca más nombró al Xeneize y terminó siendo parte del cuerpo técnico de su padre.
Una pasión que corre en la sangre
La historia no termina ahí. También hubo una etapa de “rebeldía futbolera” con Gonzalo, el menor de los hermanos. “Racing perdía. Gonza no me acuerdo si era de Huracán. Le dije que ya le inyecté la droga, así que ‘vos tenés sangre celeste y blanca’. Me pinché el dedo y le pregunté de qué color era. Me contestó que rojo, y le expliqué que no, que era celeste y blanca”, contó entre carcajadas.
Más allá del humor, las palabras de Costas reflejan el profundo amor por Racing que lo atraviesa desde chico, y cómo esa pasión se convirtió en una herencia familiar que hoy se vive intensamente dentro del club, tanto en lo profesional como en lo emocional.
Este jueves, cuando Racing vuelva a salir a la cancha por la Copa, Costas no solo estará en el banco como DT. También estará cumpliendo el sueño de toda una vida: compartir la camiseta y el objetivo con sus hijos, en el club de sus amores.