Cuántos dólares necesita el Gobierno para implementar la competencia de monedas

«Si yo tuviera US$ 15.000 millones, hoy abro el cepo», sentenció Javier Milei a comienzos de marzo. Desde entonces, el equipo económico negocia con el Fondo Monetario Internacional (FMI), fondos privados de inversión y hasta otros países para poder acelerar la eliminación de los controles cambiarios y avanzar hacia la competencia de monedas que desvela al presidente.

Se trata de un sistema cambiario en el que coexisten varias monedas de curso legal además del peso argentino, sin que ninguna tenga estatus legal preferencial. En otras palabras, los ciudadanos tienen la libertad de elegir con qué moneda quieren realizar sus transacciones, ya sea para pagar bienes y servicios, ahorrar o invertir.

Un informe de una sociedad de bolsa ligada a un integrante de La Libertad Avanza postuló que el Gobierno tendrá disponible un préstamo que oscilaría entre US$ 15.000 millones y US$ 18.000 millones para levantar las restricciones cambiarias y fijar el rumbo hacia la competencia de monedas.

«Argentina obtendrá DEGs de países miembros del G-7, un monto determinado de garantías del Banco Mundial (por ejemplo 1500 millones de dólares) y fondeo del FMI. Con ese monto, el BCRA tendrá respaldo para un préstamo sindicado con bancos internacionales, americanos y europeos, a cambio de Bonos Ley Argentina, por ejemplo 1.5 bonos x 1 USD, para comenzar la Dolarización de la Base Monetaria de 13.5 mil millones de dólares», juzgó la ALyC en un reporte reciente.

Desde la perspectiva de la firma en cuestión, las reuniones bilaterales del ministro de Economía Luis Caputo y la canciller Diana Mondino con la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen; el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken; y el número dos de Yellen y hombre fuerte del FMI, Jay Shambaugh, responden a la necesidad de recolectar la suma propuesta por Milei para suprimir el cerrojo a la compraventa de divisas y del sistema de pagos vinculados al comercio exterior.

Competencia de monedas: cuántos dólares necesita el Gobierno
Consultado por PERFIL, el economista Amílcar Collante consignó que de implementar una competencia de monedas con un sistema de flotación libre del tipo de cambio similar al aplicado por el gobierno de Mauricio Macri en 2016, el oficialismo «podría arrancar con el nivel de reservas netas actual y una mayor tasa de interés, con la credibilidad de mantener el ancla fiscal».

«Si van a una competencia de monedas a ‘la Peruana’ con una flotación sucia de arranque y menos uso de la tasas de interés, deberían tener entre US$ 5.000 y US$ 10.000 millones de reservas netas de libre disponibilidad para intervenir», calculó.

Caputo

Al mismo tiempo, Collante graficó que en caso de seguir adelante con el proyecto de dolarizar la economía, el oficialismo precisaría entre US$ 12.500 millones y US$ 13.000 millones para convertir la base monetaria actual. En caso de sumar las cuentas a la vista, la cifra escala a US$ 25.000 millones.

Por su parte, el analista financiero Christian Buteler consideró que un tipo de cambio libre de intervenciones del Banco Central no requiere de un colchón de moneda extranjera: «Se necesita levantar el cepo, dejar que el precio fluctúe y que la oferta y demanda coloquen el valor que corresponda. Lo mismo para una competencia de monedas libre. Es levantar las restricciones, dejar que compitan y no intervenir en el mercado».

Los requisitos para modificar el esquema cambiario
Bajo su perspectiva, la condición sine qua non para modificar el esquema cambiario es el orden macroeconómico. En concreto, un equilibrio fiscal sostenible en el tiempo así como el cierre del grifo de la emisión monetaria para adquirir divisas y asistir al Tesoro.

«No veo que Argentina pueda tener acceso a un préstamo a largo plazo por un monto significante de ningún país ni del FMI ni organismos internacionales de crédito. Puede tener el financiamiento de una obra o algún swap temporal. Para un préstamo de magnitud importante y a un plazo mediano no creo que estén dadas las condiciones y va a pasar mucho tiempo para que esas condiciones se puedan desarrollar», juzgó Buteler.

Para el director de la consultora C&T Asesores Económicos, Camilo Tiscornia, no se puede definir el monto que precisaría el Gobierno para ejecutar el cambio de régimen «sin tener en cuenta qué va a pasar con los pases pasivos del Banco Central que ahora se están reconvirtiendo en letras del Tesoro».

«Ese es un requisito muy importante y ver cómo el Gobierno va renovando esos vencimientos porque se tratan de letras de corto plazo que siempre serían un potencial riesgo para la estabilidad del tipo de cambio. En la medida que se puedan ir extendiendo los plazos, hay chances de liberar el cepo, que es clave para hacer la competencia de monedas», apuntó el consultor económico.

A juicio de Tiscornia, otros dos factores a considerar para la instrumentación de la convivencia de distintas monedas son un andamiaje legal sólido para realizar transacciones en pesos o dólares con libertad y la solvencia en materia de política fiscal.

«Si los pases se terminan transformando en letras del Tesoro, lo que era el problema del BCRA pasa a ser del Tesoro. Que el Gobierno pueda mantener una situación fiscal solvente implica tener superávit y que pueda renovar las letras que vayan venciendo», concluyó.

Perú o El Salvador: qué modelo implementaría Milei
Un análisis de Fundación Mediterránea-IERAL que lleva las firmas de los economistas Jorge Vasconcelos y Maximiliano Gutiérrez se pregunta qué tipo de régimen monetario-cambiario instrumentaría y propone dos modelos diferentes: el aplicando en Perú a lo largo de la década del 90 y el imperante en El Salvador desde el cambio de milenio.

Desde la óptica de los autores, las licitaciones de letras y otros instrumentos financieros para migrar la deuda del BCRA al Tesoro cristalizan que Economía «redobló el paso en dirección a intentar introducir la competencia de monedas».

«Faltan varios pasos adicionales para llegar al objetivo pero, sobre todo, definir el perfil del nuevo régimen cambiario-monetario. Si será como el adoptado por Perú a principios de los 90, que arrancó con ‘flotación sucia’ y a posteriori abrió camino a una remonetización en soles (la moneda local) de la economía. O si el camino que se habrá de intentar tendrá analogías con el recorrido por El Salvador desde principios de los años 2000, con prohibición al Banco Central de emitir, fijándose una paridad de 8,75 colones por dólar y dejando un rol residual a la moneda local», plantea el escrito.

En tal sentido, el estudio de Vasconcelos y Gutiérrez subraya que el impacto sobre el sector real de la economía «sería muy diferente en uno y otro caso, ya que un modelo a ‘la peruana’ preservaría el uso de los instrumentos de política macro, mientras que el segundo tendría la rigidez típica de la dolarización unilateral, pero careciendo del ‘prestamista de última instancia’ que sí tuvieron, por ejemplo, los países que se incorporaron a la eurozona».

Fuente: Perfil