El FMI sostiene que el tipo de cambio real debe asegurar la acumulación de reservas

“La información preliminar sugiere que los objetivos clave del programa (argentino acordado con el Fondo Monetario Internacional) se alcanzaron en marzo con importantes márgenes” anticipó Rodrigo Valdés, director del Departamento del Hemisferio Occidental del organismo en el marco de una conferencia de prensa ofrecida este viernes en Washington.

El directivo consideró que el levantamiento de los controles de cambio en el país “debe ser considerado con atención, teniendo en cuenta la extensión de los desequilibrios que todavía tiene la economía”. Consultado por Ámbito sobre si el tipo de cambio actualmente se encuentra en equilibrio, sostuvo que calcularlo supone “un ejercicio muy difícil”, pero advirtió que “las políticas deben ser consistentes y que esto incluye al tipo de cambio real”.

El funcionario empezó sus consideraciones sobre la Argentina “reconociendo que el plan de estabilización de las autoridades ha generado mejores resultados que lo esperábamos”. Al respecto, señaló que “tenemos el primer superávit fiscal en más de una década, las reservas están siendo decisivamente reconstruidas día tras día, la hoja del balance del Banco Central está siendo fortalecido y la inflación, a pesar de seguir siendo aún alta, sigue bajando más rápidamente de lo que anticipamos”.

Además, adelantó que “la información preliminar también sugiere que los objetivos clave del programa se alcanzaron en marzo con importantes márgenes”.

También sostuvo que “en estos días, estamos teniendo activas conversaciones con las autoridades (argentinas)”. Recordó que la subdirectora del organismo, Gita Gopintah y él estuvieron en dos viajes separados en Buenos Aires en las últimas semanas y tuvieron la oportunidad, junto con el equipo técnico, de reunirse con el equipo económico y con el presidente Javier Millei. Las conversaciones continúan en las reuniones del encuentro que actualmente se lleva a cabo en Washington.

Valdés dijo que “Para construir sobre el progreso que el país ha hecho hasta ahora, estamos trabajando para completar la octava revisión del programa de apoyo del Fondo en curso. Nuestras discusiones se centraron en políticas para mejorar la calidad y la durabilidad del ajuste fiscal, que ha sido conocido por todos, y también en cómo ajustar mejor las políticas del Banco Central para continuar reduciendo la inflación y reconstruir las reservas”.

Consultado por Ámbito sobre si el Fondo considera que el tipo de cambio actual en la Argentina se encuentra en equilibrio, “como saben, es un ejercicio muy difícil en todos los sentidos”. Pero, “lo que puedo decir es que es crítico que, al final, las políticas deben ser consistentes y que esto incluye el nivel del tipo de cambio real que es un resultado, no una política, para asegurar la durabilidad y la estabilidad en la acumulación de reservas”.

Consultado sobre los controles de cambio señaló que “por supuesto, cualquier reconsideración de los controles debe ser considerado con atención, teniendo en cuenta la extensión de los desequilibrios que todavía tiene la economía, los amortiguadores de las reservas se tienen que construir y la fortaleza del marco de la política. Y agregó que “no es sólo uno, sino que es un conjunto de diferentes medidas que deben ser revisadas. Algunas de ellas son bastante importantes para el crecimiento, y otras son menos importantes para el crecimiento. La secuencia no es trivial en cuanto a cómo revisar esas medidas, y estamos discutiendo activamente con las autoridades sobre alternativas y mejores caminos”.

Resiliencia

El directivo aseveró que la economía de Latinoamérica y el Caribe se ha mostrado “resiliente” y destacó las menores tasas de inflación, pero afirmó que es “urgente tomar medidas para aumentar el crecimiento potencial” de la región.

Reseñando la evolución reciente del área, evaluó que “la recuperación de la pandemia ha sido más fuerte de lo esperado” y atribuyó. “esta resiliencia en parte como resultado del progreso de los países en el fortalecimiento de sus marcos macroeconómicos”.

Sin embargo, el directivo puntualizo que, dado que la mayoría de las economías operan cerca de su potencial, la actividad en la región se ha moderado en general en los últimos trimestres. Consideró como un aspecto positivo es que los mercados laborales se han mantenido resistentes y el desempleo aún se encuentra en niveles históricamente bajos.

En suma y “por un entorno externo más débil y el efecto de las políticas estrictas para reducir la inflación aun materializándose, esperamos que el crecimiento en América Latina y el Caribe se modere aún más en 2024, desacelerando del 2,3% en 2023 al 2% este año”.

Inflación

Con relación a las políticas antinflacionarias, Valdés trazó un panorama optimista. “La inflación está retrocediendo en toda la región y se proyecta que seguirá cayendo en 2024, gracias a las rápidas acciones de los bancos centrales de la región y las tendencias globales de desinflación”.

Consideró que a medida que las presiones inflacionarias fueron disminuyendo desde mediados de 2023, los bancos centrales del área comenzaron a reducir las tasas de interés, aunque consideró que “siguen siendo contractivas”.

“Nuestra opinión -recomendó- es que la flexibilización de la política monetaria debe continuar, aunque será importante calibrar cuidadosamente el ritmo de la flexibilización para lograr un equilibrio entre llevar de manera duradera la inflación a su objetivo, en el tramo final, y evitar una contracción económica indebida”.

También planteó la necesidad de llevar adelante “una consolidación (fiscal) más rápida para fortalecer la deuda pública”. Al respecto agregó que “un ajuste fiscal oportuno también permitirá una normalización más rápida de la política monetaria”.

Reiterando la preocupación del Fondo por la sostenibilidad de las políticas, el directivo sostuvo “además, para que sea duradero, el ajuste fiscal deberá incluir la movilización de ingresos y proteger el gasto social clave. Mantener la cohesión social debería ser una pieza central de los planes de consolidación fiscal, dados los todavía altos niveles de pobreza y desigualdad de la región”.

Crecimiento

Pero, a su juicio, “la política fiscal no puede ser la única solución a la sostenibilidad macroeconómica y los desafíos sociales”. Desde este punto de vista, planteó “la urgencia de tomar medidas para aumentar el crecimiento potencial”.

Las estimaciones del Fondo proyectan que el crecimiento a mediano plazo de la región promediará alrededor del 2%, muy por debajo de las tasas de crecimiento de las economías de otras regiones.

Por esta razón, Valdés consideró que “será importante que los países identifiquen reformas estructurales con altos beneficios para el crecimiento y trabajen arduamente para generar consenso para implementarlas de manera duradera e inclusiva”.

Destacó que “para la mayoría de los países de la región, impulsar el crecimiento requerirá fortalecer la gobernanza y el entorno empresarial para elevar los niveles de inversión históricamente bajos”.

También estimó que las estrategias de cambio climático integrales y bien secuenciadas serán clave para impulsar el crecimiento, incluso mediante la inversión en minerales verdes y sectores energéticos.

Planteó, asimismo, que las reformas deberían centrarse en aumentar las tasas de participación en un contexto de desaceleración del crecimiento demográfico y envejecimiento, incluso abordando las brechas de género.

Para aumentar la productividad, dijo que es necesario reducir la informalidad y fomentar el crecimiento empresarial. Y “reducir el crimen y la violencia –un problema grave en la región– también generaría beneficios sociales y económicos sustanciales”.

Terminó su disertación señalando que “si bien muchos países de la región han demostrado marcos macroeconómicos sólidos y han administrado bien sus economías en los últimos años, otros enfrentan importantes desequilibrios macroeconómicos. Estos países necesitan implementar políticas más sólidas para poner sus economías en una senda sostenible”.

Fuente: ámbito