En un contexto de consumo de carne en caída y crisis económica en Argentina, un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario reveló que las empresas ganaderas elevaron su endeudamiento en un 86% durante 2024, acumulando compromisos por 852 millones de dólares. El crecimiento se vincula a estrategias de retención de hacienda y expansión productiva.
Según un análisis reciente de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), las empresas ganaderas del país incrementaron su deuda en 395 millones de dólares en lo que va de 2024. Esta suba representa un crecimiento del 86% respecto al año anterior, con un total de pasivos que asciende a 852 millones de dólares.
El informe detalla que este aumento se explica principalmente por un resurgimiento en la toma de préstamos en moneda extranjera. En diciembre de 2023, el endeudamiento en dólares era de 457 millones, cifra que trepó a 852 millones al finalizar 2024. De ese total, un 22% corresponde a deuda directamente contraída en dólares (unos 184 millones), mientras que el 78% restante equivale a préstamos en pesos convertidos al tipo de cambio oficial.
De acuerdo con el estudio, parte del incremento en el endeudamiento puede estar vinculado a decisiones estratégicas como la retención de vientres o la apertura de nuevas explotaciones productivas. Estas maniobras requieren financiamiento constante, especialmente en una actividad como la ganadería, donde la inversión inicial es alta y los retornos son de largo plazo.
Además, a diferencia del sector agrícola, la ganadería recibe muy poca financiación comercial externa. Gran parte del flujo de fondos proviene de acuerdos entre productores, donde la compra de hacienda se apalanca con plazos otorgados en las operaciones entre criadores, invernadores y frigoríficos.
Sin embargo, cuando se busca extender los ciclos productivos, como la invernada o el engorde prolongado, esos mecanismos informales no suelen ser suficientes ni eficientes en términos de costos.
La BCR subraya que 2024 marcó una fuerte reaparición del crédito en divisa extranjera, luego de tres o cuatro años de muy baja incidencia. Esta tendencia recuerda lo ocurrido entre 2018 y 2019, cuando la deuda en dólares llegó a representar el 54% del total del pasivo ganadero, superando al endeudamiento en moneda local.
No obstante, pese al salto registrado este año, el nivel actual de deuda total —medido en dólares— se mantiene apenas por debajo del promedio de largo plazo entre 2007 y 2024.
El informe advierte que la falta de herramientas financieras adecuadas se refleja en el estancamiento productivo que atraviesa el sector. La combinación de alta inversión inicial, dificultades para acceder a crédito formal y presión económica generalizada limita las posibilidades de crecimiento de la ganadería.
Esta situación se manifiesta en la escasa variación del stock bovino y en la baja generación de kilos de carne, a pesar de la demanda sostenida del mercado interno y externo.