Conocido afectuosamente como «Crackers», Graham Craker inició su carrera en la Policía Metropolitana de Londres, donde sirvió durante 35 años. Posteriormente, se integró al equipo de protección de la familia real británica, donde desempeñó un papel fundamental por más de una década.
Durante 15 años, Craker se encargó de velar por la seguridad de la princesa Diana. Estuvo a su lado hasta el trágico accidente del 31 de agosto de 1997 en París, que marcó el fin de la vida de la princesa y el inicio de una etapa especialmente dolorosa para sus hijos.
Tras la muerte de Lady Di, Craker se convirtió en un verdadero sostén emocional para los jóvenes príncipes. Su presencia durante el funeral de Diana, el 6 de septiembre de 1997, fue fundamental: acompañó a Guillermo y Harry desde el Palacio de St. James hasta la Abadía de Westminster y luego hasta Althorp House, donde descansan los restos de la princesa.
Según el medio Vanitatis, la cercanía entre Craker y los príncipes se mantuvo incluso después de su retiro en 2001. Su vínculo con la familia se evidenció cuando fue invitado a la boda del príncipe Guillermo y Kate Middleton en 2011, evento al que asistieron casi 2.000 personas.
En su libro Spare, publicado en 2023, el príncipe Harry le rindió homenaje mencionando su papel protector durante el funeral de su madre. En un pasaje, recordó cómo el coche fúnebre tuvo que detenerse varias veces para que Craker limpiara las flores que los ciudadanos arrojaban, en señal de cariño, al paso del cortejo.
“Guillermo y yo le teníamos mucho cariño”, escribió Harry, subrayando el papel fundamental que desempeñó Craker durante aquellos días oscuros.La noticia de su fallecimiento fue compartida por sus hijos, James y Matthew, a través de redes sociales. “Era un hombre increíble, nuestro héroe. Nuestra roca. Significaba todo para nosotros”, expresaron con emoción.
Craker también habló en el pasado sobre cómo vivió personalmente la pérdida de la princesa de Gales. En una entrevista con The New York Post en 2017, relató lo difícil que fue afrontar esa tragedia. “Lo más emotivo fue ver a Guillermo a la mañana siguiente paseando a su perro”, confesó conmovido.
La muerte de Graham Craker marca el adiós a un hombre que no solo fue una figura clave en la seguridad de la familia real británica, sino también un referente emocional para los príncipes Guillermo y Harry. Su legado como protector y confidente de Lady Di sigue vivo en los recuerdos de quienes lo conocieron y en las páginas de la historia reciente del Reino Unido.
