El Gobierno nacional evalúa transferir parte del IVA a las provincias, pero la iniciativa, aún sin propuesta formal, genera preocupación por las enormes disparidades regionales. Un estudio del IARAF revela las alícuotas que deberían aplicar los distritos para mantener sus niveles de recaudación actuales.
El ministro de Economía, Luis Caputo, deslizó semanas atrás la posibilidad de que una porción del Impuesto al Valor Agregado (IVA) sea administrada por las provincias, en el marco de una reforma fiscal integral. Sin embargo, hasta el momento, los gobernadores aseguran no haber recibido ninguna propuesta oficial.
Según fuentes cercanas al Gobierno, la idea fue comentada en reuniones con mandatarios provinciales, pero no avanzó más allá del plano discursivo. Las autoridades locales consideran que el proyecto sigue siendo, por ahora, una intención sin desarrollo.
Un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) advierte que, si se federalizara el IVA, las diferencias económicas entre jurisdicciones provocarían una disparidad significativa en las alícuotas necesarias para conservar los ingresos actuales.
Por ejemplo:
- Ciudad de Buenos Aires solo necesitaría aplicar un IVA local del 2%.
- En provincia de Buenos Aires, la tasa local debería ser del 6%, lo que elevaría el IVA total al 16%.
- En Catamarca, la alícuota provincial debería alcanzar el 71%, sumada a un componente nacional del 10%.
- Formosa necesitaría fijar un IVA total del 57%, mientras que en Chaco llegaría al 50%.
- Otras provincias como Mendoza, Chubut, Neuquén y Córdoba deberían aplicar tasas de entre 20% y 24%.
Estas diferencias evidencian el desequilibrio económico entre los distritos más desarrollados y aquellos que dependen en gran medida de la coparticipación.
Especialistas como Alejandro Pegoraro, director de Politikon Chaco, sostienen que antes de aplicar una medida de este tipo se necesita una profunda reestructuración del sistema tributario nacional.
Hoy, muchas grandes empresas pagan IVA en Ciudad de Buenos Aires, donde tienen sus casas matrices, aunque operen en todo el país. Federalizar el tributo implicaría que esas compañías tributen en cada provincia donde generen actividad económica, como ya ocurre con Ingresos Brutos. Esta transformación demandaría una adaptación legal y operativa significativa.
Además, Pegoraro advierte que una competencia fiscal entre provincias podría favorecer a las más desarrolladas, como Córdoba o Santa Fe, en detrimento de otras con menor infraestructura, aun si estas últimas ofrecieran alícuotas más bajas.
La propuesta de transferir una parte del IVA a las provincias abre un debate profundo sobre el modelo de coparticipación vigente y la equidad fiscal en Argentina. Si bien podría representar una mayor autonomía para los gobiernos subnacionales, su implementación sin una transición ordenada y mecanismos de compensación podría profundizar las desigualdades entre distritos. La falta de una propuesta concreta por parte del Ejecutivo nacional mantiene el tema en suspenso, pero con fuerte impacto en la discusión política y económica del país.