La crecida del río Bermejo está generando serias complicaciones en el norte de Salta y en Chaco, en el límite con Formosa. Varias localidades comenzaron a sufrir las consecuencias de la inundación, con familias aisladas, caminos intransitables y viviendas sin acceso a servicios básicos como electricidad, agua potable y alimentos.
A este panorama crítico se suma la reciente crecida del río Pilcomayo, que la semana pasada obligó a evacuar a más de 500 personas y dejó a unas 15 comunidades completamente incomunicadas. En algunas zonas, incluso, se reportó el derrumbe de viviendas debido a la fuerza del agua.
Los sectores más afectados por la crecida del Bermejo incluyen localidades como Las Vertientes, Larguero y El Chañaral, donde los asentamientos quedaron completamente rodeados por el agua. También se registraron complicaciones en el Chaco salteño, donde parajes enteros quedaron encapsulados, sin posibilidad de recibir ayuda terrestre. La crisis se agravó con los cortes de luz y la interrupción del suministro de agua potable.
En Chaco, la empresa estatal SAMEEP trabaja para evitar que la crecida afecte la potabilización del agua en la planta de El Pintado. “Se han implementado múltiples acciones en poco tiempo para garantizar el abastecimiento y mejorar la prestación a los usuarios”, señaló el coordinador de la compañía.
Si bien la Comisión Regional del Bermejo (COREBE) informó que en algunas zonas los niveles del agua comenzaron a descender, la situación sigue siendo crítica en la cuenca del río San Francisco, donde el caudal continúa en aumento.
Fuente: Ambito