Jóvenes y sobrevivientes del Holocausto marchan bajo tormenta en Auschwitz

El 2024, bajo una torrencial lluvia y granizo, miles de jóvenes de diversas partes del mundo participaron en la Marcha Internacional por la Vida, un evento simbólico que recorre los tres kilómetros entre Auschwitz y Birkenau. La marcha, que este año tuvo un matiz especial, incluyó la presencia de 80 sobrevivientes del Holocausto, quienes son la huella viviente de uno de los capítulos más oscuros de la historia.

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Entre las delegaciones presentes, se destacó la del Museo del Holocausto de Buenos Aires, dirigido por el empresario Marcelo Mindlin, quien expresó su emoción al volver a participar en la marcha, ahora con un compromiso renovado desde su rol como presidente de la institución.

Marcelo Mindlin, en diálogo con periodistas, destacó la importancia de la marcha no solo en conmemoración de los 80 años de la liberación de Auschwitz, sino como una manifestación contra el olvido. Citando al sobreviviente y Premio Nobel Elie Wiesel, quien afirmó que «olvidar a las víctimas del Holocausto es matarlas por segunda vez», Mindlin resaltó que la marcha tiene el objetivo de garantizar que el mundo nunca olvide las seis millones de víctimas del Holocausto.

Asimismo, la marcha busca sensibilizar sobre la necesidad de combatir la intolerancia y el antisemitismo en todo el mundo, especialmente en un contexto internacional de creciente radicalización y discursos de odio.

Para Mindlin, los recientes sucesos, como los ataques del 7 de octubre de 2023, han dado un nuevo significado a la marcha. El dolor de los descendientes de las víctimas del Holocausto se reaviva cada vez que ocurren episodios de violencia dirigida hacia el pueblo judío. En este sentido, la experiencia vivida en Auschwitz se convierte en un recordatorio de que el odio y la violencia pueden resurgir en cualquier momento si no se actúa con firmeza para prevenirlo.

«El Holocausto de hace 80 años puede repetirse, como bien dijo Primo Levi, si no estamos alertas», afirmó Mindlin, enfatizando la importancia de la solidaridad global y la vigilancia frente al crecimiento de ideologías extremistas.

El Museo del Holocausto de Buenos Aires ha sido un actor clave en la educación sobre el Holocausto, buscando llegar a las nuevas generaciones a través de visitas escolares. Mindlin destacó que, cada año, el museo recibe a más de 100.000 estudiantes, quienes son parte de un esfuerzo continuo para enseñar sobre los horrores del pasado y prevenir la propagación de ideologías intolerantes.

Sin embargo, Mindlin reconoció que, aunque la educación es fundamental, cada país enfrenta desafíos únicos para combatir el antisemitismo. En el caso de Argentina, destacó la sólida integración de la comunidad judía y el compromiso de los medios y políticos para combatir el terrorismo y el odio.

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