Lee Jae-myung, líder centroizquierdista, fue elegido presidente de Corea del Sur tras elecciones anticipadas. Su mandato, que comienza este miércoles, estará marcado por un proceso judicial por corrupción que podría complicar su gestión.
Nacido en 1964 en Andong, Corea del Sur, Lee Jae-myung creció en condiciones de pobreza después de mudarse a Seongnam, cerca de Seúl. Superó dificultades y se graduó en Derecho gracias a una beca. Su carrera comenzó como abogado de derechos humanos y dio el salto a la política en 2004 dentro del Partido Liberal.
Entre 2010 y 2018 fue alcalde de Seongnam, destacándose por sanear las finanzas municipales y promover iniciativas sociales innovadoras, como un ingreso básico para jóvenes. Posteriormente, se convirtió en gobernador de Gyeonggi, la provincia más poblada del país.
En las recientes elecciones presidenciales, Lee obtuvo el 48,86% de los votos, superando al conservador Kim Moon-soo, que alcanzó el 41,98%. Su victoria llega tras meses de turbulencia política y tras la destitución del ex presidente Yoon, lo que provocó comicios adelantados.
Pese a su discurso moderado, Lee enfrenta críticas que lo acusan de inclinarse hacia China y Corea del Norte, distanciándose de Estados Unidos y Japón. Además, debe lidiar con la presión internacional por la política arancelaria estadounidense y el programa nuclear norcoreano.
Lee está bajo investigación por un presunto caso de corrupción vinculado a un proyecto urbanístico en Daejang-dong durante su alcaldía. En ese contexto, un funcionario relacionado con el caso, Kim Moon-ki, fue encontrado muerto en 2021.
Aunque inicialmente fue absuelto, el Tribunal Supremo ordenó reabrir el juicio, con una audiencia programada para el 18 de junio. Según la Constitución surcoreana, un presidente no puede ser procesado por delitos comunes durante su mandato, salvo casos excepcionales, pero expertos debaten si los procesos iniciados antes de la investidura pueden continuar.
Esto implica que Lee podría enfrentar cargos judiciales durante su presidencia, afectando su imagen y gobernabilidad.


