Durante una entrevista en el canal libertario Carajo, el presidente Javier Milei intensificó sus ataques contra periodistas, ironizando con meterlos presos y cuestionando su capacidad intelectual. Las declaraciones generaron una fuerte reacción en redes y medios.
Una nueva aparición mediática con polémica
El presidente Javier Milei volvió a protagonizar una fuerte controversia tras realizar declaraciones explosivas contra periodistas durante una entrevista en el canal de streaming Carajo. En tono jocoso, pero con serias implicancias, Milei le pidió al conductor Daniel Parisini —conocido como “Gordo Dan”— una lista de comunicadores a quienes debería “meter presos”.
La escena se dio en un contexto de creciente tensión entre el mandatario y la prensa, especialmente tras una serie de cruces en la red social X, donde el propio Parisini había incitado públicamente a encarcelar a periodistas críticos del Gobierno.
Durante la charla, el presidente ironizó: “¿Tenés ahí los nombres de los periodistas que tengo que meter en cana?”, generando risas en el estudio. Sin embargo, lejos de limitarse a una broma, continuó con fuertes críticas al periodismo en general.
Milei acusó a los comunicadores de tener un “déficit de IQ severo” y afirmó que están “enfermos de literalidad”, aludiendo a la falta de comprensión de ironías o metáforas. A su juicio, esto hace que las conversaciones sean “rudimentarias” y dificulta cualquier debate más complejo.
Duras frases contra periodistas y figuras de los medios
El presidente también lanzó insultos directos a quienes lo cuestionan por temas económicos, especialmente por las reservas del Banco Central. “Manga de mandriles infradotados”, dijo al referirse a quienes insisten con ese tema.
En ese mismo tono, dirigió apodos y críticas personalizadas a varios periodistas: calificó a Jorge Fernández Díaz como “Mandril”, a Marcelo Bonelli como “Sobrado Mandrelli”, a Laura Santillán como “María Pauta”, a Paulino Rodríguez como “Pautino” y a Luis Novaresio como “Mandrilesio”.
A todos ellos los acusó de cometer errores sistemáticos, aclarando que su enojo se dirige “solo contra el error permanente de esa gente”.