Multinacional fabrica en Argentina el 79% de sus latas con aluminio reciclado

El 17 de mayo se celebró el Día Mundial del Reciclaje. Y en ocasión de esta fecha la empresa de origen estadounidense Ball Corporation, el mayor fabricante de latas de aluminio del mundo, anunció que su filial en Argentina aceleró el proceso de inclusión de aluminio reciclado en sus productos.

Como parte de un plan de inversión que involucra u$s60 millones sumó una cuarta línea de producción a su fábrica ubicada en el parque industrial de Burzaco, que le permitió llegar al 79% de producción de latas en base al aluminio reciclado.

La empresa, que tiene presencia en 70 países de América, Europa, Asia y África y emplea a 18.000 personas en todo el mundo, destacó que se propone llegar en el año 2030 al 90% de componente reciclado en todos los países donde opera.

El objetivo tiene fines sustentables pero también económicos, ya que el 86% de los ingresos globales de la corporación generados a partir de envases con aluminio reciclado ascendió a u$s13.000 millones en 2023.

Ball Corporation se instaló en 1995 en Argentina, donde abrió dos fábricas en el Gran Buenos Aires: una en el Parque Industrial Almirante Brown, en Burzaco, dedicada a la elaboración de envases para bebidas. La otra está en el Parque Industrial de Garín, donde elabora recipientes para insecticidas, desodorantes y otros productos para cosmética y limpieza.

Del total de envases que la empresa produce y comercializa desde Burzaco, el 70% atiende la demanda de compañías de cervezas, un 15% es para gaseosas, otro 10% para energizantes y un 5% bebidas como el fernet o aperitivos en lata.

En los últimos tiempos se añadió una demanda creciente de las bodegas para vinos en lata, aunque su magnitud todavía está lejos de las antes mencionadas.

Entre los clientes de la compañía figuran cerveceras internacionales como CCU, AB InBev y Heineken; también están en la lista Coca-Cola, Cepas Argentinas, Porta y Peñón del Águila.

Las tasas de reciclaje de las latas de aluminio producidas por Ball Corporation siguen progresando en el mundo y en la región. Actualmente, cerca del 70% de todas las latas del mundo se reciclan, lo que hace de este envase una opción sostenible.

Argentina tiene una posición expectante en la región, ya que este índice en el país es de 79% y está por encima de la media regional que se ubica en 76%. En tanto que en otros países de América del Sur donde opera Ball las cifras llegan a un pico en Brasil y Paraguay, que presentan tasas del 100% y 90% respectivamente, en tanto que en el otro extremo Chile tiene una tasa de apenas 33%.

La firma, con sede en la ciudad estadounidense de Denver, es el mayor fabricante de latas del mundo. Su meta es alcanzar un 90% de aluminio reciclado en sus envases para 2030, y en ese camino ya alcanzó un 70% a nivel global, porcentaje que representa un aumento de ocho puntos porcentuales en tres años.

A través de sus diferentes filiales, la empresa emplea 21.500 personas en todo el mundo, de las cuales 600 están en Argentina. En Sudamérica, la empresa cuenta con 15 fábricas, distribuidas entre Brasil, Chile, la Argentina y Paraguay.

Negocios y sostenibilidad
“De acuerdo con nuestro Plan de Transición Climática, incentivar la circularidad de nuestros envases representa el 50% de las oportunidades e iniciativas que reducirán nuestras emisiones para 2030. Por lo tanto, el reciclaje es primordial para la descarbonización de nuestros negocios y consagra la sostenibilidad como un pilar innegociable para Ball. En un contexto de desafíos ambientales globales, las latas de aluminio representan un ejemplo emblemático del esfuerzo tanto individual como empresarial hacia un futuro más sostenible”, sostuvo Julia Pinto, Líder de Sostenibilidad y Relaciones Públicas de Ball Corporation para América del Sur.

Como dato relevante, Ball destacó que casi el 75% de todo el aluminio producido en la historia aún está en uso en el mundo, lo que convierte el ciclo de vida de la lata en un ejemplo de sostenibilidad.

Normalmente, en un plazo de hasta 60 días se completa el proceso de reciclado. Comienza por el consumidor que elige una lata de los estantes, consume el líquido y la descarta. Con un descarte correcto, es destinada al reciclaje, refundida y transformada en bobinas de aluminio, que serán compradas por los fabricantes de latas.

Ball y otros actores transforman la bobina en lata, que es enviada al cliente, responsable de llenar el envase con su producto y enviarlo nuevamente a los estantes, todo en apenas dos meses. Así la lata descartada se transforma en nueva y regresa a las góndolas, reiniciando un ciclo de vida cerrado e infinito.

La lata de aluminio ingresó al mundo de las bebidas en 1959 y desde entonces ha transformado la industria gracias a su fácil elaboración, transporte eficiente y su capacidad para ser reciclada y reutilizada.

La practicidad, el rápido enfriamiento y la medida justa son las principales ventajas apreciadas por los consumidores al optar por bebidas en lata. Con un tamaño que se adapta al consumo individual, permite que la bebida mantenga su temperatura, enfriándose más rápidamente que cualquier otro envase. También genera menos costos de logística y transporte que el vidrio, explican los expertos.

Fuente: Noticias ambientales