El papa León XIV publicó su primera exhortación apostólica, Dilexit te, este jueves, destacando la importancia de atender a los pobres y denunciando la “dictadura de una economía que mata”. El documento busca guiar a la Iglesia y a los cristianos en su misión social y espiritual a nivel global.
Un mensaje de continuidad y compromiso
El primer documento del papa estadounidense, Dilexit te (“Te he amado”), retoma ideas preparadas por su antecesor, Francisco, en su última encíclica Dilexit nos. Con 121 puntos, León XIV reflexiona sobre la atención a los más necesitados y subraya que la indiferencia frente a la pobreza aleja a los cristianos del corazón de Cristo.
“Escuchando el grito del pobre, nos identificamos con la premura de Dios hacia sus hijos más vulnerables”, señala el pontífice, recordando la misión de amor hacia los excluidos, enfermos, migrantes y marginados de la sociedad.
Desigualdad y economía: “una dictadura que mata”
Crítica a sistemas injustos y acumulación de riqueza
El papa denuncia la existencia de sistemas políticos y económicos que favorecen a las élites mientras aumentan la pobreza. Destaca que, aunque la economía global ha generado riqueza, no siempre ha promovido un desarrollo humano integral, provocando nuevas formas de exclusión.
León XIV afirma: “Más allá de los datos, la realidad es clara: hay reglas económicas eficaces para el crecimiento, pero insuficientes para el desarrollo humano. Nacen nuevas pobrezas mientras otros disfrutan de lujos”.
El pontífice también advierte sobre prejuicios ideológicos que justifican la pobreza o la minimizan, y critica la indiferencia de algunos cristianos ante la necesidad de los pobres.
Inspiración en santos y documentos históricos
El documento hace referencia a san Francisco de Asís y a numerosos santos que dedicaron su vida a los marginados, así como a documentos del Concilio Vaticano II y del episcopado latinoamericano. León XIV sostiene que amar y proteger a los pobres no es una ideología, sino un mandato del Evangelio y de la vida cristiana.
Asimismo, resalta la importancia de los movimientos populares y su rol en la lucha por justicia social, a veces ignorados o perseguidos.
En el último capítulo, León XIV reafirma la enseñanza del destino universal de los bienes y la función social de la propiedad. Subraya que nadie puede reservarse lo que excede sus necesidades mientras otros carecen de lo básico. La propiedad privada, según el papa, tiene una dimensión social: “Debe beneficiar también a los demás y no únicamente a quien la posee”.
Este principio está alineado con encíclicas históricas como Populorum Progressio de Pablo VI y con la doctrina social de la Iglesia.