La declaración de Eugenia Gallardo, coordinadora del Programa Alimentario Nutricional Escolar (PANE) designada por el gobernador Claudio Poggi, generó controversia al afirmar que antes de la implementación del programa «había chicos que se desmayaban en la escuela». Sus palabras abrieron el debate sobre la crisis social y educativa en la provincia.
El secretario general de la Unión de Trabajadores del Estado (UTEP), Carlos Peralta, cuestionó las cifras y advirtió que la pérdida del 50% del poder adquisitivo de los trabajadores estatales y el aumento de la desocupación obligaron a más estudiantes a alimentarse en la escuela.
Peralta recordó que en 2023, directivos de escuelas alertaban sobre la situación de niños que llegaban sin haber comido y dependían del desayuno y la merienda provistos por cooperadoras. Y aseguró que el problema se agravó con la crisis económica y que, aunque la asistencia alimentaria del gobierno es una medida necesaria, «no es lo ideal que los chicos coman en la escuela».
El dirigente también criticó la falta de control sobre la calidad y el transporte de los alimentos en el PANE. También señaló que las viandas llegan en tapers plásticos transportados en camionetas sin sistema de frío, lo que podría comprometer la seguridad alimentaria de los estudiantes.
En cuanto a la gestión educativa, Peralta consideró que hay designación de inspectores sin experiencia pedagógica y el vaciamiento de la carrera educativa que en algunos casos se responsabiliza a los docentes por problemas estructurales que el gobierno no resuelve.
El dirigente sindical sostuvo que el gobierno debe recomponer los salarios estatales para aliviar la crisis y evitar que las familias dependan de la alimentación escolar. Y concluyó que hay casos de precarización laboral dentro del sector estatal, con trabajadores cobrando sueldos equiparables a planes sociales.
