Marcelo Gallardo volvió a optar por el silencio. Tras la derrota 1-0 de River frente a Gimnasia en el estadio Monumental, el entrenador decidió suspender la conferencia de prensa programada, en medio de una fuerte tensión con los hinchas y una racha inédita de resultados negativos.
El “Millonario” atraviesa uno de los momentos más delicados del ciclo actual: suma cuatro caídas consecutivas como local —ante Palmeiras, Riestra, Sarmiento y Gimnasia—, algo que no ocurría desde hace 99 años, y además quedó eliminado de la Copa Argentina a manos de Independiente Rivadavia en semifinales.
La decisión de Gallardo de no hablar se da pocos días antes del Superclásico contra Boca, un partido que podría marcar un punto de quiebre en el cierre de la temporada y en su futuro como entrenador.
Un silencio que dice mucho
No es la primera vez que el DT elige evitar los micrófonos. Tras el triunfo ante Talleres en la fecha anterior —con el que cortó una seguidilla de cuatro derrotas— ya había decidido no hablar, argumentando que prefiere hacerlo en las derrotas antes que en las victorias. Sin embargo, esta vez, el silencio parece tener otro peso.
La última conferencia de prensa del Muñeco fue explosiva. Luego de la eliminación en la Copa Argentina frente a Independiente Rivadavia, el técnico había dejado abierta la posibilidad de una revisión profunda del proyecto:
“Analizaremos al final de la temporada, donde faltan muy pocos días, y después haremos un análisis de cómo seguimos. Hasta ahora, los objetivos no se han cumplido. Nos queda intentar en el campeonato, que es la única chance que tenemos para revertir este año completamente negativo”, había declarado Gallardo.
Un año bajo examen
Los números son elocuentes: River perdió cinco de sus últimas seis presentaciones en el Torneo Clausura y, con 52 puntos en la Tabla Anual, se mantiene en zona de repechaje para la Copa Libertadores 2026, aunque con el margen cada vez más ajustado.
La crisis deportiva se refleja también en lo emocional. El Monumental, que hasta hace pocos meses era escenario de ovaciones, terminó con insultos y silbidos hacia el plantel y el cuerpo técnico. En ese clima, el silencio de Gallardo no hizo más que aumentar las incógnitas sobre su continuidad.
El calendario marca que el próximo desafío será nada menos que Boca, en La Bombonera. Allí, River se jugará algo más que tres puntos: intentará recuperar credibilidad, orgullo y un cierre digno para una temporada que, hasta ahora, parece haberse escapado por completo.


