Senegal es sacudido por violentas protestas tras el aplazamiento de las elecciones presidenciales

El anuncio del retraso de las elecciones ocurrió apenas tres semanas antes de la votación, prevista para el 25 de febrero, y desencadenó violentos enfrentamientos entre manifestantes y la Policía en Dakar, así como otras ciudades.

La muerte de un joven durante las protestas en la ciudad sureña de Zinguinchor el sábado por la noche elevó a tres el número de fallecidos desde el viernes, según informes de Cartogra Free Senegal, CFS, una plataforma de sociedad civil dedicada a seguir el rastro de las víctimas.

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«Intentamos salvarlo cuando llegó al hospital y lamentablemente murió en cuidados intensivos», comentó Ndiame Diop, director del hospital de Ziguinchor. Pero hasta ahora el Ministerio del Interior solo confirma una muerte: la de un estudiante en la ciudad norteña de Saint-Louis el viernes.

La Oficina de Asuntos Africanos de Estados Unidos lamentó las muertes en las protestas: «Instamos a todas las partes a actuar de manera pacífica y mesurada, y seguimos pidiendo al presidente Sall que restablezca el calendario electoral, restablezca la confianza y traiga calma a la situación».

La Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao), principal bloque económico y político de la región, envió una delegación diplomática a Senegal para abordar la situación después del aplazamiento de las elecciones presidenciales.

Durante la visita, que se llevará a cabo del 12 al 14 de febrero, el presidente de la Asamblea Parlamentaria del bloque, Sidie Mohamed Tunis, y otros miembros de ese legislativo regional, sostendrán reuniones con autoridades, políticos y representantes de la sociedad civil senegalesa.

Durante una entrevista, el presidente Macky Sall argumentó que el retraso es necesario por las disputas electorales que, según él, amenazan la credibilidad de la votación, aunque algunos legisladores de la oposición han denunciado la medida como un «golpe institucional».

Sall minimizó las acusaciones de inconstitucionalidad y argumentó que el país requería más tiempo para abordar las controversias relacionadas con la descalificación de ciertos candidatos y un conflicto entre los poderes legislativo y judicial. Pero, muchos senegaleses temen que Sall, que enfrenta límites de mandato, simplemente intente mantenerse en el poder.

Futuro incierto

Los parlamentarios de la oposición y los candidatos presidenciales que se oponen al aplazamiento presentaron impugnaciones legales y anunciaron que se negarán a aceptar a Sall como presidente una vez que su mandato original expire, a principios de abril.

La legislación de aplazamiento aprobada por el parlamento contempla la prolongación del mandato de Sall hasta que su sucesor asumiera el cargo después de las elecciones, ahora programadas para el 15 de diciembre.

Guy Marius Sagna, diputado opositor, declaró el domingo: “Si el presidente Macky Sall no nos devuelve el poder el 3 de abril, crearemos un gobierno paralelo de unidad nacional”.

Sall negó que busque mantenerse en el poder. “Lo único que busco es dejar un país en paz y estabilidad”, argumentó el presidente. “Estoy completamente listo para pasar el testigo. Siempre he estado programado para eso”, agregó.

“Nuestro futuro está en juego, tenemos que luchar”, afirmó Mohamed Sene, un manifestante en Dakar.

Senegal: las consecuencias de la inquietante decisión de postergar las elecciones presidenciales

Sall, quien asumió el cargo en 2012 y completará dos mandatos el 2 de abril, aplazó las elecciones en un contexto de tensiones sobre la elegibilidad de los candidatos.

El Consejo Constitucional, la máxima autoridad electoral, descalificó a un candidato de un partido importante debido a su doble ciudadanía francesa. Karim Wade, hijo de un expresidente y candidato del Partido Democrático Senegalés, acusó a dos miembros del Consejo de corrupción y solicitó al parlamento que pospusiera las elecciones.

“No quiero dejar atrás un país que inmediatamente se hundirá en grandes dificultades”, afirmó Sall. “Estoy diciendo ahora que voy a trabajar por el apaciguamiento, por condiciones que permitan que el país sea pacífico… mantengamos todos debates inclusivos antes de ir a elecciones”, agregó.

El lunes, el parlamento de Senegal votó para posponer las elecciones hasta el 15 de diciembre en un proceso caótico después de que los legisladores de la oposición fueran expulsados de las cámaras por la fuerza.

Pero, según la Constitución, el Consejo Constitucional tiene la autoridad para reprogramar la votación en ciertas circunstancias, como «la muerte, la incapacidad permanente o la retirada» de los candidatos. Según el Centro Africano de Estudios Estratégicos, los intentos del parlamento de modificar la legislación contravienen algunas cláusulas de la Constitución vigente.

Deterioro de la confianza

Se prevé que el Consejo Constitucional tome una decisión en una semana respecto a si respalda la resolución adoptada por el parlamento. No obstante, Sall no especificó si acataría la decisión del tribunal en caso de que descarten el aplazamiento.

“La tendencia actual amenaza con empañar la reputación de Senegal y corre el riesgo de permitir prácticas antidemocráticas por parte de líderes electos en otros países de África occidental”, aseguró Mucahid Durmaz, analista senior de la consultora de riesgo global Verisk Maplecroft.

La confianza en la democracia senegalesa disminuyó significativamente durante el mandato de Sall, con más de la mitad de los ciudadanos percibiendo una disminución en la calidad democrática en comparación con cinco años atrás, según Afrobarómetro.

Grupos de derechos humanos también denuncian una represión contra los medios, la sociedad civil y la oposición, que ha dejado alrededor de 1.000 arrestos de miembros y activistas de la oposición en los últimos tres años, según Human Rights Watch.

Con información de AP y EFE