Este lunes, grandes figuras del fútbol argentino se reunieron en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para despedir a Hugo Orlando Gatti, leyenda del arco de Boca Juniors y emblema de un estilo que transformó para siempre la posición del arquero. Gatti falleció el domingo a los 79 años, dejando una huella imborrable en la historia del fútbol argentino.
Una de las presencias más destacadas fue la del presidente de Boca, Juan Román Riquelme, quien interrumpió sus tareas en el predio de Ezeiza para rendir homenaje a uno de los máximos ídolos del club. Visiblemente emocionado, Riquelme se tomó algunas fotos con hinchas que también se acercaron a darle el último adiós al “Loco”, cuya estatua de bronce permanecerá para siempre en La Bombonera.
Otro histórico que dijo presente fue Ubaldo Matildo Fillol, referente de River y rival de Gatti en inolvidables Superclásicos de los ’70 y ’80. “Más que un deportista o un rival, vengo a despedir a un amigo”, expresó el Pato a la salida del lugar. “Era un arquero que se divertía. Para mí, extraordinario. Jugó en Boca y en la Selección con un estilo único, sin entrenadores de arqueros, todo lo traíamos de nuestros pueblos”, remarcó.
Además, Fillol se refirió al récord de Gatti como el jugador con más partidos disputados en la Primera División del fútbol argentino (757): “Es imposible que se repita. Hoy los arqueros se van rápido a Europa. Lo que hizo Hugo es irrepetible”.
El velorio, que se extenderá hasta las 18 horas, también contó con la presencia de excompañeros de Gatti en Boca como Jorge Higuaín, Francisco Sá, Ruso Ribolzi y Enrique Hrabina, aunque estos no realizaron declaraciones públicas.
Quien sí habló fue su sucesor en el arco xeneize, Carlos Fernando Navarro Montoya, quien recordó a Gatti como su gran referente: “Es mi ídolo. Hugo fue quien motorizó todos mis sueños de niño, cuando soñaba jugar en Boca. Esas personas no mueren, son eternas”, declaró el Mono a TyC Sports.
Navarro Montoya también destacó una faceta menos conocida del Loco: su inteligencia táctica. “Era un gran analista del juego. Estaba un paso adelante. Fue un adelantado. Hoy les piden a todos los arqueros lo que hacían Gatti y Amadeo Carrizo. El Loco jugaba como sentía”.
En un tono más personal, el Mono confesó que su relación con Gatti comenzó con tensión —por haberle quitado el puesto—, pero evolucionó con el tiempo: “Al principio fue duro conmigo, pero luego se acercó. Terminamos con una relación de respeto y admiración. En el arco deja una huella indeleble, imposible de borrar”.