El Gobierno nacional decidió cancelar la instalación de un radiotelescopio chino en la provincia de San Juan por posibles fines militares. El proyecto, que contaba con apoyo del Partido Comunista Chino y colaboración de instituciones argentinas, fue desactivado tras vencer su convenio con el CONICET y la Universidad Nacional de San Juan.
Argentina cancela la instalación de un radar chino en San Juan
El Gobierno de Javier Milei resolvió suspender un acuerdo con China que contemplaba la construcción del Radiotelescopio Argentino Chino (CART) en el observatorio de El Leoncito, San Juan.
El proyecto había sido aprobado durante el kirchnerismo y presentaba similitudes con la base espacial que China ya opera en Neuquén, una instalación que genera recelo en Estados Unidos por su potencial uso militar.
Según fuentes oficiales, la decisión responde a preocupaciones estratégicas y de soberanía, en línea con el nuevo enfoque de política exterior argentina, más alineado con Washington.
El radiotelescopio iba a contar con un reflector de 40 metros de diámetro y una inversión estimada en 350 millones de dólares.
El convenio entre el CONICET, la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) y la Academia de Ciencias de China (CAS) había expirado en junio, y el Ejecutivo decidió no renovarlo.
Además, el ingreso de equipamiento enviado desde China fue retenido en la Aduana por irregularidades administrativas.
“Ninguna autoridad relevante de China se hizo responsable de los envíos”, señalaron fuentes del Gobierno nacional.
Desde la UNSJ lamentaron la suspensión y recordaron más de 30 años de cooperación científica con la Academia China.
Funcionarios universitarios sostienen que el objetivo del proyecto era puramente astronómico y que no existía vínculo alguno con actividades militares.
Pese a ello, expertos en geopolítica y diplomáticos estadounidenses habían advertido sobre el avance del aparato científico-militar chino en América Latina.
Advertencias internacionales y cambio de rumbo político
El exembajador de Estados Unidos en Argentina, Marc Stanley, había cuestionado públicamente la base china en Neuquén.
“Me sorprende que Argentina permita que las Fuerzas Armadas chinas operen en secreto. Creo que ni los argentinos saben lo que están haciendo”, expresó en su momento.
La decisión del actual Gobierno representa un giro drástico en la política exterior, al cerrar la puerta al segundo radar chino previsto en territorio argentino y alinearse con las advertencias de Washington sobre los riesgos de cooperación tecnológica con Pekín.


