El avance del contrabando golpea a pymes y producción local

El contrabando crece en Argentina y afecta a las pymes, con productos que ingresan ilegalmente desde países limítrofes. El fenómeno, alimentado por un dólar bajo y una alta presión impositiva, genera competencia desleal y pone en riesgo el empleo y la producción nacional.

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Crece el comercio informal y afecta a la industria nacional

La economía argentina enfrenta un nuevo desafío: el crecimiento sostenido del contrabando en distintas provincias del país. Impulsado por la desregulación del comercio exterior y un tipo de cambio relativamente bajo, el ingreso de productos ilegales pone en jaque a la producción local y a miles de pequeñas y medianas empresas (pymes).

Según datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), hoy ingresan más productos ilegales que legales al mercado interno. La operatoria incluye redes transnacionales que se valen de rutas secundarias, vehículos de gran porte y servicios de courier informales que incluso entregan electrodomésticos puerta a puerta.

Del norte argentino al centro del país: contrabando sin fronteras

Si bien históricamente el contrabando se concentraba en zonas fronterizas del norte, actualmente se detecta su expansión hacia regiones como Mendoza, San Luis y La Pampa. Esto amplía el alcance del problema y evidencia su gravedad.

Los sectores más golpeados por este fenómeno son:

Calzado

La Cámara de la Industria del Calzado (CIC) denunció operativos en CABA y el conurbano bonaerense donde se decomisó calzado importado de forma irregular. Muchos productos carecen de etiquetado legal y provienen de países como China, Chile y Perú. Las marcas falsificadas se venden a precios muy por debajo del mercado, generando una competencia insostenible para los fabricantes locales.

Juguetes

En la antesala del Día del Niño, la Cámara Argentina del Juguete alertó sobre el avance de productos inseguros y sin certificación, que representan hasta el 30% del mercado. Se comercializan en ferias, redes sociales y plataformas de e-commerce sin ningún tipo de control. Entre los artículos más peligrosos se encuentran juguetes eléctricos sin protección, peluches inflamables y objetos con partes tóxicas o piezas pequeñas.

Competencia desleal y un boomerang social

Desde CAME señalan que la alta presión impositiva y el tipo de cambio han desincentivado la producción local. Se calcula que los productos nacionales tienen un sobrecosto del 38% por carga fiscal, sin contar los aranceles como Ingresos Brutos o Ganancias.

El ingreso masivo de mercadería ilegal no solo afecta a la industria, sino que también fomenta el cierre de comercios, la caída de la inversión y el desempleo. “Más desocupación genera más informalidad y termina siendo un círculo vicioso”, explicó Fabián Hryniewicz, titular de la Comisión de Fronteras e Ilegalidad de CAME.

Reclamos del sector y propuestas

Políticas integrales para proteger la producción nacional

Tanto CAME como la Unión Industrial Argentina (UIA) reclaman acciones urgentes. Desde el sector pyme se insiste en que los controles puntuales no son suficientes y proponen una estrategia nacional que incluya:

  • Mayor fiscalización en fronteras y comercios.
  • Regulación de ventas online y plataformas informales.
  • Políticas anticíclicas que ajusten impuestos según la competitividad del tipo de cambio.
  • Simplificación tributaria para reducir la carga sobre el sector formal.

Además, la UIA mantuvo reuniones con el Ministerio de Seguridad para exigir medidas contra el ingreso de mercadería ilegal, advirtiendo que este fenómeno también representa un riesgo directo para los consumidores.

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