El gobierno japonés ha tomado una medida drástica para enfrentar la escasez y el encarecimiento del arroz: liberar 210.000 toneladas de sus reservas nacionales. Esta decisión, poco común en tiempos recientes, responde al aumento sostenido de los precios del alimento básico, que ha puesto en alerta a los 124 millones de habitantes del país.
El arroz, esencial en la dieta y cultura japonesa, se ha encarecido cerca de un 55% en los últimos dos años. Esta situación, agravada por eventos climáticos extremos y la inestabilidad económica global, ha obligado a Tokio a actuar con urgencia.
La liberación de reservas alimentarias ocurre en un contexto internacional complejo. El desplome de los mercados asiáticos, incluido un retroceso del 13,2% en la bolsa de Hong Kong y una caída del 7,8% en el índice Nikkei, coincide con la entrada en vigor de nuevos aranceles globales impulsados por Estados Unidos.
Desde el sábado pasado, un arancel del 10% se aplica a importaciones generales, pero se esperan aumentos de hasta el 34% para productos específicos provenientes de China y la Unión Europea. Japón no queda exento: sus exportaciones a EE.UU. enfrentarán un impuesto del 24%, lo que ha obligado al primer ministro Shigeru Ishiba a preparar un plan de emergencia económica.
En Japón, el arroz no es solo un producto de consumo diario: es un símbolo cultural. Presente en casi todas las comidas, también se utiliza en rituales religiosos y hasta en productos de grandes cadenas como McDonald’s, que adaptó su menú con panes hechos de arroz.
La alta dependencia del grano convierte cualquier alteración en su disponibilidad o precio en un riesgo social. Por eso, el Ministerio de Agricultura intentó calmar a la población asegurando que «hay suficiente arroz en el sistema», confiando en que esta inyección de stock estabilice el mercado.
Cifras clave de la crisis
- 210.000 toneladas: arroz liberado por el gobierno.
- 160 dólares: precio promedio de una bolsa de 60 kg de arroz en 2024.
- 55%: incremento acumulado en el precio en dos años.
- Desde 1995: año en que Japón creó su reserva estratégica tras un desastre climático.
- Última vez utilizada: tras el terremoto y tsunami de 2011 y el sismo de Kumamoto en 2016.
Japón no está solo en esta estrategia. Países como India, Vietnam y Tailandia también mantienen reservas alimentarias, principalmente de arroz, para proteger a sus poblaciones ante crisis de abastecimiento o aumentos de precios.
China, en tanto, gestiona una reserva estratégica de carne de cerdo, el alimento más consumido en su territorio, que utiliza para estabilizar precios en emergencias.