El pasado 12 de marzo, durante la manifestación de jubilados en la Ciudad de Buenos Aires, se desató una violenta represión por parte de fuerzas de seguridad. Pablo Grillo, reportero gráfico de 35 años, resultó gravemente herido tras recibir un disparo de gas lacrimógeno en la cabeza, presuntamente disparado por efectivos de Gendarmería Nacional.
Como consecuencia del impacto, Grillo fue ingresado en estado crítico, con traumatismo de cráneo severo, múltiples fracturas y pérdida de masa encefálica. El diagnóstico inicial generó gran preocupación tanto en su entorno como en el ámbito periodístico y de derechos humanos.
Fabián Grillo, padre del fotógrafo, confirmó que su hijo experimenta una evolución notable. En diálogo con el periodista Víctor Hugo Morales por AM 750, expresó que los médicos califican su recuperación como «asombrosa».
“Está mucho mejor, la evolución es positiva. Los médicos están sorprendidos por su avance”, aseguró.
Actualmente, los profesionales del hospital evalúan trasladarlo a una unidad de cuidados intermedios. Aunque aún no hay una fecha definida, se estima que el cambio podría concretarse en los próximos días.
Los médicos insisten en no acelerar el proceso y observan cuidadosamente algunos aspectos clínicos antes de dar el siguiente paso.
“No queremos apurar los tiempos. Avanzamos con paciencia”, enfatizó su padre.
En esta etapa de recuperación, Pablo comenzó a mostrar signos de lucidez. Según su familia, recordó haber estado presente en la marcha y, tras ser informado por su madre sobre lo sucedido, se mostró conmovido.
“Se entristeció un poco, pero va a ir reconstruyendo todo de a poco”, relató su padre.