Al prorrogar el presupuesto 2023 para el ejercicio 2024, el gobierno nacional ajustará los recursos que reciben las Universidades Nacionales: las casas de estudio recibirán el mismo monto que recibieron el año pasado, pero deberán afrontar los gastos con un 211% de una inflación que seguirá creciendo en los próximos meses.
“Después de la inflación de diciembre, que supimos en enero, y en la que estamos sabiendo que va a ser en enero, que ya llega en febrero, va a estar bien difícil tener las puertas abiertas y funcionar. Pero vamos a hacer todo el esfuerzo para que el funcionamiento de la Universidad no decaiga; habrá que hacer austeridad y empezar a generar cuestiones dentro de la administración que hagan que la Universidad esté abierta”, señaló el rector de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), Víctor Moriñigo.
El titular de la casa de estudios puntana señaló que buscarán que el Gobierno gire fondos compensatorios a las universidades.
“Tener la universidad abierta implica luz, gas, insumos para trabajos prácticos, vigilancia para los tres centros universitarios, traslado de los chicos para cuando hacen trabajos de campo”, enumeró, como los gastos fijos que debe afrontar la UNSL con un presupuesto desactualizado.
Además, Moriñigo resaltó que uno de los problemas que deberán afrontar es el precio del Comedor Universitario, al que asisten cerca de 6.000 personas (entre los dos turnos, en los dos centros universitarios). “Cuando cerramos el Comedor en diciembre el dólar estaba a 300 pesos; así que va a haber alguna actualización del ticket, aunque nunca lo llevamos al costo que realmente tiene”, adelantó.
