El anuncio del Gobierno Nacional de que las cadenas que quedan afuera de la suba de retenciones que se implementarán desde el 1° de enero son: arrocero, olivícola, cueros lácteos, bovinos, frutícola (excluido limón), porotos, hortícola, papa, ajo, garbanzo, arveja, lenteja, azúcar, miel, yerba mate, té, equinos y lana, afecta a productores de San Luis.
La industria del vino pagaba 4,5% de derechos de exportación. Pero desde septiembre habían dejado de pagar, pues se ejecutó la medida de retenciones cero a las economías regionales, por medida del exministro de Economía, Sergio Massa.
El presidente de la Asociación de Vinicultores de San Luis, Alfredo Cartellone, dijo que “todo lo que sea impuesto que distorsiona el valor real del producto nunca genera algo positivo”.
Y analizo que la industria del vino “viene sufriendo una baja actividad en todo lo que se refiere a ventas, venimos de varios años y todo lo que es de venta en el mercado interno está muy deprimido y con el cambio de condiciones hace muy difícil que uno pueda incluso programar alguna actividad de exportación”.
En cuanto a la exportación, Cartellone explicó que es una actividad a mediano o largo plazo donde uno debe establecer reglas y “no puede estar variando los costos según la inflación y no podemos dar una imagen de seriedad”.
Además, remarcó que el mercado de San Luis “es muy nuevo y la propuesta de la asociación abarca generar desarrollo en que visiten el proyecto enológico y tener lugares que vinculen el vino local con la gastronomía o la cultura, me parece que va por ahí un poco el trabajo que venimos haciendo desde la Asociación vitivinícola”.
Y agregó: “Seguimos apuntando a tener la bodega propia, una bodega que sea de uso comunitario que era un cuello de botella de los pequeños productores de San Luis y muchas veces tuvieron que perder la producción porque no hay en dónde poder elaborar vino con un estándar de calidad mínima que pueda después generar una atracción por ese vino”.
El vinicultor remarcó que esperan que las medidas del gobierno nacional “den una estabilidad y horizonte porque las ventas del 2023 fueron muy limitadas y no se incorporan nuevas etiquetas, también se entiende que no es un producto de primera necesidad para la gente”.
En este sentido, explicó que “hay que trazar un camino muy inteligente para poder posicionar el vino y que la gente, sobre todo los jóvenes, se entusiasmen por conocer de vinos, animarse a probar nuevas etiquetas, nuevos estilos y competirles a otras bebidas que por ahí incluso tienen mensajes más simples para el consumo”.
En cuanto a la producción, Cartellone enumeró que los insumos cuentan con botellas, etiquetas, corchos, cápsulas, entre otros elementos que “está todo dolarizado, entonces cuando uno sabe que el dólar oficial por ahí no es el real y de pronto salta a lo que saltó la semana pasada, hay que ajustar los números lamentablemente porque si no uno termina trabajando a pérdida”.
