Padres y docentes de la Escuela N° 24 “Pancha Hernández” reclamaron durante meses por el estado de la comida que reciben los alumnos a través del Programa Alimentario Nutricional Escolar (PANE).
67 estudiantes de esa escuela y de la N° 314 “Provincia de La Rioja” sufrieron gastroenteritis después del almuerzo del viernes.
Gisela González, madre de un alumno de 4º grado, denunció: “Mi hijo se intoxicó el viernes, tuvo vómitos y lo trasladaron al Hospital Pediátrico junto a otros siete compañeros”.
Las quejas vienen desde el año pasado. “Antes del receso escolar, enviamos mails al Gobierno y nunca respondieron”, lamentó González.
El miércoles anterior, un grupo de padres esperó en la puerta del colegio para hablar con la vicedirectora. “Nos citó a las 8:30. Eran las 11:50 y todavía no nos atendía. Empezamos a golpear las manos hasta que salió. Nos dijo que controlaría la comida, pero el viernes pasó esto”, aseguró.
Los docentes también alertaron sobre los alimentos. En varias ocasiones, impidieron que los alumnos los consumieran por el olor desagradable.
A Laura, una maestra del colegio, le labraron un acta por cuestionar la calidad de la comida. “Desde el año pasado, el proveedor la entregaba en mal estado. No hubo intoxicaciones, pero los chicos no la querían comer”, afirmó.
El viernes anterior al brote, el almuerzo llegó tarde y en pésimas condiciones. “Las auxiliares trajeron hamburguesas de pollo y nos pidieron que no se las diéramos a los chicos porque tenían olor a podrido”, relató la docente.
Ese día, dos funcionarios del PANE estaban en la escuela y aseguraron que la comida era apta. “Les pedí que probaran las hamburguesas delante de mí. Dijeron que no, que ya las habían probado y estaban bien”, contó.
Tras hacer público el reclamo, la maestra recibió un acta por supuesta agresión a los funcionarios.
Durante la semana previa al brote, el PANE envió personal para supervisar los alimentos, pero la intoxicación ocurrió igual.
Muchos alumnos dejaron de almorzar en la escuela por decisión de sus familias. “Los que comieron el viernes, se intoxicaron”, afirmó Laura.
El lunes, los padres volvieron a exigir respuestas, pero la vicedirectora se negó a recibirlos y llamó a la Policía.