Reclamo en La Pampa por un hombre de 83 años que está preso en la cárcel de San Luis

Familiares de Eulogio Amaya, un hombre de 83 años que está preso en la cárcel de San Luis, reiteraron un pedido para que la justicia de La Pampa, que lo condenó a 11 años de reclusión, le permita volver a la provincia de la que es oriundo.

“Mi padre está en una cárcel oscura, fría, sin asistencia médica, enfermo y solo. Me dijo: ‘ayudame porque no puedo más’”, afirmó Dora, hija del preso, en declaraciones al diario La Arena de la provincia pampeana.

En julio de 2020, Amaya fue condenado por la jueza de audiencia de General Pico, María José Gianinetto, a 14 años de prisión. Estaba acusado de disparar con un arma de fuego contra su ex pareja y el hermano de la mujer. El hecho ocurrió en Algarrobo del Aguila.

El Tribunal de Impugnaciones en lo Penal (TIP) confirmó el delito imputado, pero redujo la pena a 11 años. La acusación fue “tentativa de homicidio agravado por haber sido cometido contra la persona con la que mantuvo una relación de pareja y por mediar violencia de género; en concurso real con tentativa de homicidio simple agravado por el uso de un arma de fuego, en concurso ideal con portación de arma de fuego de uso civil sin la debida autorización legal”.

“Mi papá la está pasando mal, muy pero muy mal. Tiene 83 años, está en una penitenciaría de San Luis capital, donde las posibilidades de comunicación son tremendamente escasas. Intentamos comunicarnos con la directora del penal, pero es lo mismo que la nada misma. Tantos violadores, asesinos y malandraje sueltos y mi padre anciano y enfermo encerrado, cuando apenas pudo gatillar un arma de reliquia que ni siquiera, debido a su edad sabía si estaba al revés o no”, lamentó Dora.

Eulogio Amaya estuvo alojado en el Complejo Penitenciario II de Pampa de las Salinas. La familia recordó que viajó varias veces a visitarlo a esa cárcel “en un lugar inhóspito en el medio de la nada”.

La situación de Amaya en la cárcel de San Luis

La mujer contó que hace dos semanas su padre «fue trasladado a San Luis capital sin avisarnos, nos enteramos de la situación por familiares de otros internos”.

“Fue un calvario nuestros intentos de comunicarnos con él, recién ayer logramos hablar con él unas pocas palabras. ¿Saben qué me dijo? Hija ayudame porque no puedo más. La tristeza y el dolor lo invaden”, añadió.

«El juez (de la Unidad de Ejecución Penal) Jorge Mauricio Pascual, que es de General Pico, está ciego, sordo y mudo a nuestros pedidos de que le den domiciliaria y lo traigan a alguna localidad más cerca y no retrocede en su decisión de que siga en San Luis, es más ahora en la cárcel de la capital está infinitamente peor», se lamentó.

“Y los Derechos Humanos tampoco están. He llamado un montón de veces a la titular del área provincial Paula Grotto y no contesta. Y en los teléfonos oficiales nos atienden pero solo para decirnos que mande los pedidos por escrito, pero tampoco hay respuesta alguna”, acusó.

Con información de Diario La Arena