«No es tan grave que se pierdan puestos de trabajo, lo más grave es después recuperarlos», afirmó el contador Hugo Zudaire. Y explicó que un empleo perdido puede tardar años en ser restituido, ya que requiere nuevas inversiones y actualización tecnológica.
El contador señaló que el centralismo del país favorece la inversión en zonas cercanas a los grandes centros urbanos. «Si en Pilar tienen buena conectividad, sin cortes de energía, y están cerca del puerto, las empresas evalúan mudarse allí a pesar de los costos», dijo.
En contraste, San Luis enfrenta problemas de infraestructura como rutas deterioradas y altos impuestos, lo que afecta la competitividad de su Parque Industrial.
La provincia en la industria manufacturera perdió más de 1.600 puestos de trabajo hasta noviembre, aunque ese mes se recuperaron 63. «Si seguimos a ese ritmo, tardaríamos 24 meses en volver a los niveles anteriores», advierte.
Zudaire afirma que las provincias perdieron capacidad de acción tras la reforma constitucional de 1994 y que en la actualidad «no hay políticas industriales en el país». Y criticó el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) por favorecer la desindustrialización y reducir el consumo.
«San Luis necesita políticas de shock de consumo y alivio en los costos de producción«, consideró el contador.
Poggi apoya las políticas del gobierno nacional, lo que afecta a la industria local: «No digo que quiera cerrar fábricas, pero su alineación con Milei implica aceptar un paquete de medidas que perjudican la economía provincial», asegura Zudaire.
«La provincia depende de políticas nacionales que no siempre se ajustan a su realidad», indicó y agregó que la falta de mediciones propias en la provincia dificulta la toma de decisiones: «El Estado debe basarse en datos precisos para formular políticas efectivas».
