Javier Milei asumirá la presidencia de la Nación el próximo domingo 10 de diciembre, con un acto que todavía está en plena organización. Después de ese día deberá aplicar su plan de Gobierno con un Congreso en el que, a priori, se encuentra en desventaja.
Alejandro “Topo” Rodríguez, diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, recordó, en declaraciones a Radio Ciudad, que si bien el próximo presidente cosechó el 56% de los votos en la segunda vuelta del 19 de noviembre, en las elecciones de octubre quedó configurado el Congreso, con una representación baja para La Libertad Avanza.
“Junto con la contundente legitimidad de Milei en el balotaje, también hubo una elección legislativa que le permitió a Milei tener diputados y senadores el 22 de octubre; en el Senado la fuerza de Milei tiene el 10% de la representación y en la Cámara de Diputados el 15% de la representación”, resaltó.
Y agregó: “Es importante que el presidente comprenda que su derecho a gobernar, y su capacidad de hacerlo, debe combinarse con el derecho de diputados y senadores de representar al pueblo de Córdoba, de San Luis, de Entre Ríos, de cada una de las 24 jurisdicciones”.
Rodríguez remarcó que Milei “no fue sincero en la campaña del 23 de octubre al 19 de noviembre; porque prometió políticas de máxima, medidas extremas, que él sabía que no iba a aprobar el Congreso”.
En este marco, evaluó que el futuro titular del Ejecutivo tendrá “varios escenarios posibles” a partir del 10 de diciembre: “Puede que el Congreso apruebe todo lo que manda Milei en diciembre, aunque es poco probable; el otro escenario es que el Congreso rechace de plano todo lo que proponga; y la otra alternativa, y ahí veremos si quiere gobernar en democracia en serio, es que Milei y LLA tenga que trabajar con todo el resto de la representación política para cambiar lo que Milei envía al Congreso, discutir y aceptar cambiar buena parte de lo que envía”, analizó.
El legislador también evaluó que Milei “es el extremo del extremo de la derecha en la Argentina ideológicamente”, pero especuló con el escenario en el que desarrolle su primera etapa de Gobierno será “sin ningún tipo de confrontación violenta, sino con ejercicio de la razón, como corresponde en democracia, y que empiece a entender que gobierna una democracia y, por lo tanto, que el Congreso es también parte de ese sistema de gobierno”.
