Un jubilado de la mínima sufrió una estafa virtual, con un supuesto descuento para el uso de la plataforma Netflix, y los ciberdelincuentes sacaron un préstamo a su nombre por el valor de dos millones de pesos. Si bien el hombre logró frenar la maniobra, su abogada advirtió sobre las estrategias que utilizan los estafadores para engañar a sus víctimas.
Victoria Villegas, representante del damnificado, contó que le ofrecieron un “descuento para jubilados” del 50% en los servicios de la aplicación. El hombre recibió un llamado telefónico de un número desconocido que utilizaba como identificación el característico logo de Netflix.
El estafador logró mantener el interés de la víctima, al ofrecerle la promoción. “Son tan hábiles que lo llevó a mantener una conversación de un rato largo. Lo hizo ingresar al sistema, ingresar con una clave a Netflix, hasta le hizo ver una película; fue muy perversa la forma en que se acercó”, contó la abogada. Y agregó: “Mi cliente me decía que se había sentido como hipnotizado”.
Después de varios minutos conectado, el ciberdelincuente hizo que el damnificado ingresara a su aplicación bancaria y luego hasta le pidió una fotografía para validar su identidad.
Por último, le envió un link para bajar otra APP para acceder al beneficio. Pero, en realidad, se trataba de una aplicación para manejar en forma remota el software del teléfono.
Así, los ladrones lograron hacer transferencias y sacar el préstamo. “Cuando se empezó a dar cuenta, cortó la comunicación, porque había algo que no le cerraba. Se fue a fijar a su teléfono y advirtió esto”, narró Villegas.
La letrada advirtió que, además, este tipo de estafas tienen lugar, por ejemplo, los sábados a la noche, cuando el damnificado tiene pocas posibilidades de comunicarse con el banco o con alguien que lo asesore sobre los pasos a seguir para evitar el robo.
Cuando el jubilado fue al banco donde tiene su cuenta, la primera respuesta fue negativa. “Hizo el reclamo, se lo tomaron, pero no le dieron ninguna solución, porque tenían que hacer una investigación. Pero estamos hablando de una persona jubilada, que estaba pronta a cobrar sus haberes y le iban a descontar la cuota del préstamo”, añadió.
Ya con la representación de la abogada, el hombre envió una carta documento y logró frenar el pago de la primera cuota. De todos modos, la profesional resaltó que, de no haber obtenido un resultado positivo con esa acción, se podía presentar un amparo.
“Lo que tratamos de difundir es que la gente tiene que reclamar, denunciar, esto tiene solución”, afirmó Villegas.
En este punto, resaltó que el primer paso debe ser presentar una denuncia formal, en Fiscalía o en la Comisaría, para demostrarle al banco el episodio. Y avanzar hasta que la entidad dé de baja al crédito o devuelva el dinero, según corresponda.
“Cuando uno hace un análisis no muy detallado en el banco, el banco puede detectar que no fue una operación habitual de esa persona”, indicó.
Recordó también que hay normativas, incluso dispuestas por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), que establecen que se deben anular los actos jurídicos donde se comprueba que “está viciada la voluntad de la persona”.
