Las Sociedades por Acciones Simplificadas (SAS) surgieron durante la presidencia de Mauricio Macri, para promover inversiones y nuevos emprendimientos. Sin embargo, su facilidad y la falta de controles posibilitó a las organizaciones criminales blanquear fondos obtenidos de manera ilícita.
La figura surgió bajo el nombre “Ley de Apoyo al Capital Emprendedor”, aprobada por el Congreso en 2016
“Sociedad es una figura jurídica distinta a las personas que la componen; que sea anónima significa que el capital está dividido por acciones; y simplificado, es porque hay algún trámite simplificado en algún lado”, explicó el contador Hugo Zudaire, para contextualizar la figura societaria.
Entre otras particularidades, la SAS puede ser unipersonal; es decir, no necesariamente requiere la participación de dos o más socios.
Con esa normativa impulsada por Macri proliferaron las SAS. “Se crearon muchas sociedades y empezaron a ser usadas por el narcotráfico por una característica: requieren un capital mínimo (dos salarios mínimos, vitales y móviles); no se necesita, como en otro tipo de sociedades, certificaciones de domicilio; y no presentan balance. O sea, un narco desde la cárcel puede constituir una sociedad”, detalló Zudaire.
La idea original de las SAS
Zudaire detalló que, en realidad, la particular figura societaria perseguía “un buen propósito”, sobre todo para pequeños emprendedores.
“Es un gran salto porque permite a los pequeños comerciantes no perder todo (a la hora de encarar un proyecto); y advierte a los proveedores que ese comerciante tiene limitada su responsabilidad”, añadió el contador.
En México y España, por ejemplo, funcionan las SAS, aunque con más controles y transparencia.
Cómo las utilizaron los narcos
Una investigación determinó que, a través de unas 50 SAS, la organización delictiva Los Monos de Rosario, por ejemplo, emitió 8.500 facturas apócrifas por un valor de 730 millones de pesos, solo entre 2018 y 2020.
