Las dos caras fiscales de Milei: los impuestos que subió o quiere subir

«El gobernador no entiende que subir los impuestos netos es una violación del derecho de propiedad», afirmó Javier Milei en X (exTwitter) el último sábado, apoyando una «rebelión fiscal» contra Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires a la que horas antes había llamado el diputado libertario José Luis Espert. Sin embargo, en los 100 días que lleva de Gobierno el Presidente aumentó dos impuestos y quiere hacer lo mismo con otros dos si se lo permite el Congreso.

«El avance impositivo es una expropiación. Aquellos con propiedades en la provincia de Buenos Aires no son (propietarios), sino que lo es el Estado, que decide arbitrariamente cuánto se puede llevar», agregó Milei en una entrevista el último domingo. Con descaro, señaló que si hay una rebelión fiscal masiva una sanción «es más complicada» porque «el poder de policía del Estado queda bastante condicionado».

Así, al igual que Espert, se refirió al aumento de las patentes y de los impuestos inmobiliario residencial e inmobiliario rural por entre un 140 y un 200%, establecidos en la ley fiscal impositiva de 2024 que comenzó a regir en enero y que había sido votada por la Legislatura Bonaerense a fines de diciembre.

Sin embargo, Kicillof no es el único que dispuso un aumento de impuestos en los últimos meses. Otro que también lo hizo es el presidente de la Nación, Javier Milei, lo que dispara la pregunta de qué pensará de ello Javier Milei, presidente de la Nación, cuando llama a la rebelión fiscal.

El impuesto PAIS

Un caso concreto es el del impuesto PAIS, cuya alícuota para importaciones aumentó del 7,5 al 17,5% el 13 de diciembre pasado, apenas asumido el gobierno de La Libertad Avanza y abarcó tanto a bienes como al servicio de fletes, aunque ya en ese momento había excluido a los alimentos de la canasta básica.

El impuesto PAIS fue creado en diciembre de 2019 por la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva de Alberto Fernández como un tributo a la compra de divisas para el ahorro, pero en julio de 2023 el entonces ministro de Economía, Sergio Massa, lo extendió a la adquisición del dólar mayorista (para comercio exterior) con una alícuota del 7,5% para bienes y del 25% para los servicios.

El aumento de 10 puntos de la alícuota dispuesto en diciembre por Luis Caputo le permite frenar de hecho las importaciones pese al anuncio de una teórica apertura comercial, una de las contracaras con las que el Banco Central pudo acumular casi 10.000 millones de dólares de reservas en estos tres meses.

Pero sobre todo obedece, precisamente, a la necesidad recaudatoria del ministro de Economía para lograr el déficit cero, ya que el impuesto PAIS es el tercero de mayor recaudación nacional total, garantizando en 2023 ingresos en las arcas del Estado por 1,2 billones de pesos. Para Milei, solo resulta ilegítimo y confiscatorio si quien aumenta el tributo es opositor.

El impuesto a los combustibles

Otro tributo que el Gobierno resolvió descongelar en los últimos meses es el impuesto a los combustibles. Se trata, en rigor, de dos gravámenes diferentes: el Impuesto a los Combustibles Líquidos y el Impuesto al Dióxido de Carbono, este último, cabe remarcar, de carácter ambiental.

En pocas palabras, Milei no solo sube impuestos, lo que filosóficamente considera un «robo», sino que además lo hace para combatir el cambio climático, que ha negado en más de una ocasión. No es poco para quien, en campaña, rechazó someterse al famoso «teorema de Baglini».

Ambos impuestos estaban congelados desde octubre de 2022 y adeudaban subas correspondientes incluso a trimestres de 2021, producto de una decisión del gobierno peronista con el fin de evitar que la nafta y el gasoil siguieran aumentando en medio del acuerdo de precios con las petroleras y generaran presión sobre la inflación.

Caputo resolvió descongelarlos a inicios de febrero, cuando venció la última postergación de su suba. De este modo, se dispuso subirlos por cuatro meses consecutivos. Tras un alza del 6,5% el mes pasado, volverán a aumentar $33 en marzo, $34 en abril y $70 en mayo.

Si bien no se trata de una suba de alícuotas, tampoco lo fueron los aumentos de Kicillof. En ambos casos, al contrario, se trató simplemente de una actualización del monto final deducible. También vale aclarar que, aunque la suba para los impuestos a los combustibles es muy baja, la dispuesta para los tres tributos de la provincia de Buenos Aires también estuvo por debajo de la inflación, que llegó a un 211% en 2023.

Los impuestos que quiere crear y subir Milei: Ganancias y monotributo

Más allá de los hechos, el gobierno de Milei también quiere aumentar la carga impositiva mediante proyectos de ley. Es decir, no lo hizo todavía simplemente porque el Congreso debe habilitarlo antes. El primer caso es el restablecimiento del impuesto a las Ganancias para los salarios, que sería llamado a los «ingresos personales». El proyecto incluido en el paquete fiscal que el Gobierno espera enviar al Parlamento en los próximos días fijaría el mínimo no imponible inicial en 1.250.000 pesos.

En septiembre pasado, antes de la eliminación de la cuarta categoría del impuesto, el mínimo no imponible era de 700.870. De actualizarse por inflación, el mínimo no imponible debería ser a fines de febrero de 1.650.000 pesos, unos 400.000 pesos más que lo que quiere el Ministerio de Economía. Incluso, esta cifra se ajustó a la baja respecto al proyecto inicial, en el que iba a ser de 1.350.000 pesos. Básicamente, Milei no solo quiere restablecer un impuesto sino forzar a más gente a pagarlo, pese a que lo considera expropiatorio.

Algo similar ocurre con el monotributo. En el mismo paquete fiscal, el Gobierno propone elevar el cobro de este impuesto, la cuota que debe pagar el monotributista todos los meses, de 12.000 pesos actuales a unos 26.000 para la categoría más baja, y de unos 66.000 pesos actuales a unos 137.000 pesos para la categoría más alta de servicios. Dado que la última actualización ocurrió en enero, duplicar el monto en abril (si es que ese mes se aprueba el proyecto) excederá largamente la inflación acumulada en el período.

Aun más, el proyecto también establece un tope para cada categoría mucho más bajo que el primer proyecto de la Ley Bases caído en febrero. Para la categoría A, por ejemplo, es de 3.000.000 de pesos anuales, solo un 42% de aumento respecto al monto actual, versus los 5.000.000 de pesos del proyecto viejo, lo que significaba un aumento del 137%. En otras palabras, una baja del techo y, al mismo tiempo, un aumento de la cuota a pagar, representando una presión doble para el monotributista.

Ello sin contar la quita de subsidios en las tarifas energéticas y del transporte, que también aumentan la carga relativa sobre el contribuyente y generan que no solo deba pagar más impuestos sino que estos representen una proporción mayor de sus ingresos totales.

Fuente: El destape