Apenas terminado el balotaje, el presidente Milei fijó como una de sus prioridades la solución de los pasivos remunerados (pases y Leliqs), medida necesaria para terminar con la emisión endógena que los intereses producen (en octubre fueron $2.2 billones y en noviembre $2.4 billones).
Los pasivos remunerados son la contrapartida de los depósitos. No hay forma de afectar a los primeros sin tener repercusiones en los segundos. Y no existe salida no traumática una vez que alcanzaron 3 bases monetarias.
Milei terminó con las Leliq y bajó la tasa de interés
Más allá de las distintas posibles soluciones que se trataron previamente, las medidas que se han conocido apuntan a que la forma de lidiar con esa herencia será la licuación. Como mencionamos anteriormente, no se puede licuar los pasivos remunerado sin hacer lo mismo con los depósitos.
Así fue que el BCRA decidió, por un lado, terminar con las leliqs. A medida que vayan venciendo deberán pasar a pases, instrumento que pasará a reflejar la tasa de referencia, u otros instrumentos pero ya no emitidos por la entidad. La tasa fue establecida en un 100% nominal anual.
A su vez, la tasa mínima para las operaciones de plazos fijos se establece en el 110% nominal anual, lo que implica una tasa efectiva mensual del 9,04%. Más allá de un spread negativo de casi 0.50% mensual que pasan a tener los bancos, lo que realmente es preocupante es la tasa real negativa que sufren tanto los plazos fijos como los pasivos remunerados contra la inflación.
La inflación para el mes de diciembre se estima mayor al 25%. Frente a un plazo fijo de 9.04%, la pérdida de poder adquisitivo supera el 12% en un solo mes. En enero la inflación podrá desacelerar pero con la inercia y precios que aún siguen actualizándose, difícilmente baje de 15% (en el mejor de los escenarios).
Así, en dos meses, la pérdida de poder adquisitivo ascendería a más de17%.
En qué invertir frente a una tasa de interés negativa
Esta tasa real negativa no solo se refleja en los plazos fijos y en los pasivos remunerados sino que también la podemos ver en letras y bonos que ajustan por CER (inflación). Estos instrumentos, que solían rendir inflación más 5 a 10 puntos, hoy están pagando inflación menos 40 a 70 puntos, marcando el nivel de inflación esperada y sobre todo el sobrante de pesos que ya no absorbe el BCRA a tasa positiva.
La semana pasada tuvimos a la provincia de Buenos Aires colocando letras a 63 días con tasas del 10% mensual, otras a 189 días con CER -33% y el Tesoro Ledes al 8.7%. Uno se pregunta cuándo nos convertimos en Suiza para tener semejantes tasas reales negativas.
Esto afecta también a los FCI de money markets y a las billeteras virtuales que después de estar con rendimientos de 100% a 110%, hoy la vemos reportar valores que rondan los 85% Estas caídas serían esperables si la inflación desacelerada pero se dan en un escenario totalmente diferente.
Hoy el único producto de bajo riesgo que ofrece rendimientos positivos es el plazo fijo UVA. Estas colocaciones ofrecen inflación más 1% anual pero su plazo mínimo de colocación es a 90 días.
Más allá de lo perjudicial que resulta esto para el ahorrista en moneda nacional, lo que deberemos preguntarnos es qué harán los dueños de los casi $12 billones de plazos fijos privados que existen. Ya en las últimas semanas hemos visto un crecimiento de los plazos fijos UVA pero siguen representando menos del 1,5% de los depósitos a plazo.
Pero para quien no desee inmovilizar su dinero por ese tiempo, en los bancos siempre se notó resistencia del ahorrista a incrementar plazos de colocación, no encuentra alternativa de renta fija que no pierda en los próximos meses.
El riesgo principal es que ante ese panorama el ahorrista decida retirar su plazo fijo he irse al dólar, lo que daría fin a la pax cambiaria con caída de brecha que estamos viviendo, o a bienes para adelantar consumo, lo que aceleraría aún más la inflación.
¿Y por qué se irían al dólar si hoy están estables? Precisamente porque esa estabilidad que le dio un precio caro se podría perder rápidamente con inflaciones de este tipo. El ahorrista sabe que el dólar podrá estar estable durante un tiempo pero en el mediano plazo siempre ha sido un buen refugio para mantener el poder de compra.
Si el Gobierno mantiene el crawling peg del 2% mensual para ofrecer un ancla cambiaria pero la inflación es de 25%, 20%, 15% en diciembre, enero y febrero respectivamente es como haber devaluado a $490 en vez de $800, lo que te deja en marzo a las puertas de una nueva devaluación. Si no mantiene ese 2% mensual se termina el ancla cambiaria. Esto obviamente se verá reflejado en los dólares libres.
Por lo tanto, el ahorrista en plazo fijo tradicional para que su dinero no pierda valor podrá optar por un plazo fijo UVA, inmovilizando el dinero por más tiempo, o refugiarse en el dólar aprovechando la estabilidad actual y esperando un nuevo salto. O mejor, frente a la incertidumbre, diversificar su cartera colocando parte en cada opción.
El Gobierno intenta reordenar la economía, los ahorristas/inversores deberán intentar no perder en el proceso.
Fuente: IProfesional