Lluvias y rentabilidad acotadas: ¿alcanza para una buena campaña de trigo?

Aun con las nuevas lluvias en la región núcleo, el trigo enfrenta un panorama complejo. La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) analizó la situación actual del cultivo, y marcó contrastes significativos con la campaña anterior, caracterizada por condiciones climáticas favorables y márgenes económicos más robustos.

Según Cristian Russo, director de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la BCR, las recientes lluvias beneficiaron especialmente al sector oeste de la región, aunque aún persisten deficiencias hídricas. A este desafío climático se suma una situación económica compleja para los productores, con márgenes brutos ajustados y una relación costo-beneficio menos favorable para la aplicación de tecnología en el cultivo, según señalaron.

El contraste con la campaña récord del trigo en 21/22, que alcanzó una producción de 23 millones de toneladas, resaltaron la gravedad del panorama actual. Mientras que el oeste de la región aún requiere una cantidad significativa de lluvias para satisfacer sus necesidades hídricas, los márgenes económicos bajos y la relación urea/trigo desfavorable plantean serias dudas sobre la viabilidad de alcanzar rendimientos similares.

Aunque las precipitaciones recientes representan una esperanza para la región núcleo, su impacto va más allá del alivio para el sector oeste. En el este, las lluvias llegan en un momento crítico para la cosecha de soja, que avanza sin mayores contratiempos gracias a la estabilidad climática pronosticada, explicaron desde la BCR.

El monitoreo continuo de las condiciones meteorológicas será clave, especialmente ante la previsión de más lluvias y un posible descenso de temperaturas hacia el final de la semana, indicaron.

Los productores se enfrentan a un escenario donde la incertidumbre sobre el rendimiento futuro del trigo es alta


Durante el fin de semana, la región núcleo recibió precipitaciones que variaron significativamente: desde los 52 mm en Colonia Almada hasta los 20 mm en Bell Ville. En Hernando se acumularon 44 mm de lluvia, mientras que Monte Buey y Bengolea recibieron 36 mm cada uno. Por su parte, en Idiazabal se registraron 34 mm de precipitación.

En tanto, los márgenes brutos proyectados para laprecampaña triguera 2024/25, ajustados por los costos de insumos, fletes y otras variables, apenas alcanzan los US$120 por hectárea antes de impuestos, con márgenes netos que descienden a US$72 por hectárea en campos propios, y se vuelven negativos en el caso de los arrendados.

Cultivo de trigo en Carlos Tejedor, provincia de Buenos Aires. (Fuente:  Garciandía).
Cultivo de trigo en Carlos Tejedor, provincia de Buenos Aires. (Fuente: Garciandía).

En el noroeste de Buenos Aires, el trigo enfrenta desafíos

El productor agropecuario Dante Garciandía, también comerciante en Carlos Tejedor, en el noroeste de la provincia de Buenos Aires,emitió un contundente informe sobre la viabilidad de sembrar trigo en la próxima campaña. Garciandía advirtió sobre los riesgos inherentes a la siembra, señalando el “clima impredecible y las políticas agropecuarias desastrosas de los últimos años como factores determinantes”.

En un contexto económico incierto y con la necesidad de reactivar la economía, Garciandía analizó los números fríos que muestran la realidad del sector. Destacó que, “sin ajustes significativos en la matriz impositiva nacional, la siembra de cultivos de fina como el trigo y la cebada se verá afectada, lo que resultará en una disminución del área sembrada y la producción”.

Según datos proporcionados por la ex Secretaría de Agricultura, el trigo se erige como el cultivo predominante en el partido de Carlos Tejedor durante el invierno, abarcando un área estimada entre 20.000 y 25.000 hectáreas, explicó el ruralista.

«La eliminación de las retenciones al cultivo de trigo es esencial, no solo para los productores agropecuarios, sino también para la economía del interior. No podemos tolerar estas restricciones en la situación actual. Si no tomamos medidas ahora, cuando nos veamos forzados a importar trigo, como de Brasil, será demasiado tarde», declaró Dante Garciandía. (Foto: X VascoGarciandia).

Sin embargo, a pesar de su importancia, los números muestran una realidad preocupante: en los últimos 10 años, el rendimiento promedio ha sido de 37 quintales por hectárea. En un contexto donde el 70% de la agricultura nacional opera bajo arrendamientos, con un costo de 13,5 quintales por hectárea, “los altos precios de los alquileres y los insumos actuales representan un desafío insuperable para muchos productores” destacó.

En ese sentido, un ejemplo práctico reveló que para cubrir los costos, un productor en campo propio necesita alcanzar un rendimiento de 41,5 quintales por hectárea, mientras que con arrendamiento este número se eleva a 47,7 quintales por hectárea. Estas cifras contrastan con el promedio del distrito, que se sitúa en 37 quintales por hectárea, evidenciando la dificultad para alcanzar la rentabilidad deseada en la actividad triguera.

Finalmente, según un informe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), el Estado, en todas sus instancias (Nacional, Provincial y Municipal), se queda con el 83,9% de la renta del productor en el cultivo de trigo, explicó Garciandía. “Es imperativo eliminar las retenciones al cultivo de trigo, no solo para los productores agropecuarios sino también para la economía del interior. No podemos soportar estas restricciones en este contexto. Si no actuamos a tiempo, cuando nos veamos obligados a importar trigo, por ejemplo de Brasil, será demasiado tarde”, concluyó

Fuente: TN