Estranguló a su pareja y descartó el cuerpo en una zanja de El Talar: lo condenaron a perpetua por el femicidio

“Estaba boca abajo, sin zapatillas ni celular y con su DNI al lado”. Esas fueron las palabras utilizadas por los investigadores para describir la escena en la que hallaron a Magalí Noelia Gómez, cuyo femicidio se descubrió el pasado 11 de octubre de 2021 en la localidad de El Talar. A más de dos años del crimen, Agustín Iván Pérez, quien fuera pareja de la víctima, fue condenado a prisión perpetua.

Según pudo saber Infobae, la decisión fue tomada en las últimas horas por el Tribunal Oral en lo Criminal Nº1 de San Isidro, integrado por sus jueces Alberto Ortolani, Gonzalo Aquino y Sebastián Hipólito Urquijo, quienes determinaron que el imputado atacó a la mujer con una clara intencionalidad de matarla.

“Es autor penalmente responsable del delito de homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género”, fue la conclusión a la que arribaron los jueces luego del juicio iniciado el pasado 11 de marzo.

En el veredicto, al que accedió este medio, se detalló cómo fue el crimen y los elementos con los que se determinó que el acusado había sido el responsable del femicidio.

El femicidio ocurrió durante la madrugada de ese 11 de octubre de 2021. Puntualmente, entre las 2 y las 7, cuando en el interior del domicilio, ubicado en la calle El Pensamiento, se encontraba el imputado junto a Magalí, empleada del Parque de la Costa y madre de una niña de 4 años.

En ese rango horario, los jueces señalaron que Pérez la agredió físicamente “valiéndose de su condición de género”. Lo hizo tomándola del cuello para estrangularla de manera manual hasta asfixiarla.

Según indicaron, la modalidad utilizada no solo pudo demostrarse cabalmente, sino que además reveló “un dolo homicida en su ánimo”. Es decir, que el acusado tuvo la intención de acabar con su vida.

A partir de la reconstrucción del hecho, se constató que, tras cometer el crimen, el condenado trasladó el cuerpo de Magalí a bordo de su vehículo, un Fiat Siena de color azul. La llevó hasta la intersección de las calles 25 de Mayo y Las Violetas, donde se deshizo de los restos en un desagüe fluvial junto con algunas de sus pertenencias.

Todo este accionar llevó a las autoridades judiciales a determinar que el acusado intentó montar un escenario similar al de un hecho de robo con el objetivo de desviar el avance de la investigación.

En este sentido, se resolvió: “El análisis llevado a cabo en el veredicto, derivó en que la acreditación de los elementos objetivos y subjetivos fueron indispensables para considerar que Agustín Iván Pérez deberá responder en calidad de autor del delito de homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género”.

Asimismo, señalaron que las pruebas recolectadas permiten afirman que el hombre buscó llevar a su víctima a la muerte. Con respecto a la violencia de género, los jueces consideraron que está sostenido por los testimonios de los familiares de la víctima, los cuales fueron contundentes a la hora de describir el destrato que sufría Magalí: Pérez la controlaba, ejercía violencia contra ella y la manipulaba.

Esto también fue corroborado por varios de los compañeros de trabajo de la víctima, que, amén de trasmitir algunos aspectos de la personalidad del hombre, cada uno de ellos dijo haber vivido en carne propia un episodio de violencia por parte del acusado. Inclusive, un vecino de ambos fue testigo de un acto de ridiculización del imputado hacia su pareja, íntimamente vinculado con violencia económica.

El femicidio
Agustín Iván Pérez fue rápidamente apresado por el femicidio de su pareja y madre de su hija. Fue el principal sospechoso del hecho luego de que llegara al lugar donde había sido hallado el cuerpo con argumentos poco sostenibles.

“Se acercó llorando al lugar mientras personal de la comisaría 6ª de El Talar trabajaba en la escena del crimen. Dijo que los vecinos le habían avisado”, habían explicado allegados al caso a Infobae. En ese momento, los efectivos notaron que el hombre presentaba arañazos en el cuello y el cuero cabelludo.

“Al final, se quebró y se autoincriminó. Confesó que discutieron adentro del auto cuando la llevaba al trabajo, que la mató y la descartó en ese lugar”, habían explicado. Asimismo, lo complicó un video de una cámara de seguridad en el que se observó el paso de su auto a metros de donde luego apareció el cuerpo de la víctima.

Fuente: Infobae