VIDEO | Un represor con prisión domiciliaria festejó sus bodas de oro con un show de “Palito” Ortega

El represor Jorge Antonio Olivera, que tiene tres condenas a perpetua por crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura cívico-militar, festejó los 50 años de casado con Marta Ravasi, en una fiesta en la que estuvieron presentes más de 60 invitados y hubo shows de música en vivo.

Olivera, mayor retirado del ejército, goza del beneficio de prisión domiciliaria por razones de salud. Eso no impidió que organizara un gran festejo en una casa de Vicente López (Buenos Aires).

La celebración contó incluso con la presencia del cantante Ramón “Palito” Ortega, que entonó junto a los homenajeados su  popular canción “La felicidad”, además de otras piezas de su repertorio. En la fiesta no faltó, por supuesto, el “brindis por la libertad”.

Los momentos claves del festejo, como la actuación de Palito Ortega, fueron difundidos en las redes sociales por el hijo del represor: el reconocido médico ginecólogo de San Luis, Martín Olivera Ravasi.

Olivera Ravasi es dirigente del Partido NOS, que tiene como referente nacional al veterano de Malvinas Juan José Gómez Centurión. Incluso, el año pasado iba a ser candidato a gobernador del lema “Cambia San Luis”, que lideró Claudio Poggi, pero desestimó su postulación por la incorporación al espacio de los partidos que se referenciaban en Adolfo Rodríguez Saá.

A partir de la publicación, los fiscales generales de San Juan y Mendoza, Dante Vega y Francisco Maldonado, presentaron un pedido de informes al Tribunal Oral Federal de San Juan. “Esta situación genera conmoción social y desnaturaliza el sentido de la pena, particularmente cuando se está frente a una persona múltiplemente condenada a prisión perpetua por gravísimos crímenes calificados como delitos de lesa humanidad”, advirtieron los fiscales.

Sobre el represor Olivera pesan tres condenas a prisión perpetua por su activa participación en secuestros, torturas, abusos sexuales y homicidios cometidos en San Juan y Mendoza durante la última dictadura cívico-militar.

 A Olivera lo detuvieron en Italia en el 2000 por el secuestro y la tortura de la modelo francesa Marie Anne Erize. Sin embargo, logró escaparse presentando un certificado de defunción falso de su víctima.

Años después, en 2007, después de la reapertura de los procesos en la Argentina, la Justicia Federal de San Juan ordenó su captura. Lo encontraron tras un año de búsqueda, por lo que lo condenaron a prisión perpetua.

Luego de que lo trasladaran al penal de Marcos Paz y que le dieran autorización para ir a una consulta al Hospital Militar Central, logró fugarse. Recién capturaron a Olivera en 2017 gracias a una investigación del fiscal Franco Picardi, que logró ubicarlo a través de escuchas telefónicas.